La Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM) celebra su 75 aniversario con una gala en la Sala Nezahualcóyotl, el tenor Ramón Vargas como invitado especial, la muy posible llegada de un nuevo director artístico y un recorrido por su historia mediante una exposición fotográfica que documenta desde su fundación hasta la actualidad.

Hay que festejar tres cuartos de siglo y que el público conozca una historia de trabajo, de unidad y lo que significa la existencia por 75 años de una orquesta, que es la más antigua de México, expresó en entrevista Gustavo Rivero Weber, director general de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Es un buen momento para festejarla, para que los mismos integrantes expresen con música lo que sienten, muestren la calidad de la orquesta y todo el futuro promisorio.

Las bodas de Fígaro, de Wolfgang Amadeus Mozart; Romeo y Julieta, de Charles Gounod, y La Traviata, de Giuseppe Verdi, son algunas de las arias que serán dirigidas este fin de semana por el británico Jan Latham-Koenig, cantadas por Ramón Vargas, quien de manera simultánea celebra 20 años de su debut internacional en la Metropolitan Opera de Nueva York, con la temporada de Don Giovanni, también de Mozart. En la función de este jueves, el tenor mexicano fue ovacionado durante varios minutos por su extraordinario papel de don Octavio.

Nuestro amigo Ramón Vargas siempre ha tenido una inclinación por venir con nosotros, ha sido muy generoso y quiere festejar con nosotros. Además de que Latham-Koenig y él ya han trabajado juntos en alguna puesta en escena con la Ópera de Viena, comentó Rivero Weber sobre la participación del tenor en los conciertos de este sábado, a las 20 horas, y el domingo, al mediodía. Casi inmediatamente el cantante de 51 años viajará de regreso a Nueva York para continuar con sus presentaciones en el Met.

Al mismo tiempo, la exposición Una historia para festejar ocupa desde hoy el vestíbulo de la Sala Nezahualcóyotl. Documenta la historia de la orquesta desde 1929, con la obtención de la autonomía universitaria, cuando se fundó la Facultad de Música. Años más tarde, 1936, surgió la Orquesta Sinfónica de la Universidad y su sede fue el Anfiteatro Simón Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria.

Lilia Weber, curadora de la muestra que concluirá en febrero de 2012, señaló que la OFUNAM tiene mucho que celebrar, porque se ha dedicado fundamentalmente a los estudiantes, a los jóvenes y a la gente que no tiene oportunidad de pagar otros espacios, la constante es mejorar, hacerla masiva y, sobre todo, a los mismos universitarios.

La música es importante para la persona, considera la especialista, por lo que es necesario acercar a los maestros, a los alumnos, a todos, para que tengan alimento espiritual. La UNAM es un mundo de cultura, ofrece danza, teatro, artes plásticas, pero la música es uno de los elementos más sensibles para el ser humano: un sonido hermoso, una melodía, se recuerda y ocupa la parte emocional más profunda.

Los 75 años de la orquesta universitaria es una historia tan humana e interesante desde su creación hasta lo que es ahora. El propósito es llevarla a los alumnos, a las clases populares y a todas las esferas sociales mediante textos de Juan Arturo Brennan, colaborador de La Jornada, y fotografías históricas. El esfuerzo documental también se plasmará en un libro.

La etapa Eduardo Mata

José Rocabruna, prestigiado violinista español, quien vino a México para ofrecer algunos recitales, finalmente se enamoró del país, se quedó y fundó la orquesta universitaria en 1929. Fue su primer director y organizó los festejos de la Facultad de Música. Ahí comenzó su labor docente hasta el final de su vida. De acuerdo con la Lilia Weber, Rocabruna y José F. Vázquez son los verdaderos fundadores de la OFUNAM. Y así nos vamos con una historia que culmina hasta hoy. Se enseña quiénes han sido sus directores, cómo cambió de nombre hasta llegar a los 75 años de ser la orquesta de la universidad.

Las fotografías que ayudan a conocer la evolución de esa filarmónica se reunieron después de una investigación exhaustiva en archivos de los institutos nacionales de Bellas Artes y de Antropología e Historia, así como en otras publicaciones. Una de éstas, es la tesis doctoral del músico Federico Ibarra. Los visitantes podrán conocer, entre otros aspectos, las primeras instalaciones de la Facultad de Música, en el edificio Mascarones, ubicado en la avenida San Cosme.

Otra etapa esencial de la orquesta comenzó en 1966, cuando Eduardo Mata (1942-1995) fue designado su director artístico.

Los conciertos en el Auditorio Justo Sierra, en la Facultad de Filosofía y Letras, en Ciudad Universitaria, marcaron una época memorable y fue cuando se transformó en la Orquesta Filarmónica de la UNAM y los universitarios comenzaron a sentirla como suya. Eso surgió desde el maestro Mata, quien se acercó mucho a ellos.

Como sucede ahora, relata Weber, con los conciertos externos “como los realizados en las islas, donde se han reunido 5 mil personas; alumnos encantados al escuchar el Huapango, de Moncayo, que se sienten orgullosos de ser partícipes de la música representativa de lo mexicano”.