Chihuahua, Chih., 1º de noviembre. Con el fin de frenar la creciente incidencia de agresiones físicas y sicológicas entre estudiantes (práctica conocida como bullying) en los planteles del estado, la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte de Chihuahua expulsó a seis alumnos de educación básica de cuatro municipios por atacar y hostigar a compañeros, informó el secretario de la dependencia, Jorge Mario Quintana Silveyra.

El funcionario detalló que dos de estos casos fueron detectados en Ciudad Juárez, dos en la ciudad de Chihuahua, uno en Parral y uno en Delicias. Luego de evaluaciones de maestros, directivos y padres de familia, se decidió expulsarlos y reubicarlos en otros planteles.

Quintana Silveyra manifestó que todos los casos fueron considerados graves porque los agresores llegaron a golpear a sus víctimas. Insistió en que con esta medida se busca sentar un precedente para frenar las agresiones entre estudiantes. Los padres de familia (de los alumnos involucrados) se oponen a la sanción, pero es necesaria, explicó.

El vocero de la Secretaría de Educación, Humberto Jáuregui, indicó que los seis alumnos expulsados fueron reubicados porque no se puede sacar del sistema educativo a un menor de edad, pues ello violaría sus derechos humanos, pero cambiar el entorno en que acosaban y agredían a otros niños puede modificar esta conducta, dijo.

Jáuregui indicó que la secretaría mantendrá en reserva tanto la identidad de los agresores como la de las víctimas y garantizó que maestros, sicólogos y directivos de planteles darán seguimiento a cada caso.

El cambio de escuela es una medida inmediata que favorece a las víctimas, pero en la atención al problema participan maestros, autoridades escolares y especialistas en sicología. Se ofrece atención a la víctima y al victimario, subrayó.

En el entorno escolar se presentan dos tipos de acoso: el directo, el más común entre niños y adolescentes, se traduce en peleas y agresiones físicas; el indirecto o sicológico se caracteriza por aislar socialmente al agredido mediante la difamación, la amenaza o críticas que aluden a rasgos o limitaciones físicas.

Los agredidos presentan síntomas como depresión, tristeza, agresividad con padres o maestros: sus calificaciones bajan y usan pretextos para no acudir a clases. Además, comienzan a perder bienes materiales sin justificación alguna o piden más dinero para cubrir chantajes de los agresores.