El Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias (GTDFI), de la Organización de las Naciones Unidas, solicitó al gobierno de México información sobre la desaparición del infante de marina de la Armada de México Paolo César Antonio Cano Montero, ocurrida hace un año.

Unos días antes de que su familia perdiera contacto con él había llegado comisionado a Lázaro Cárdenas, Michoacán. En este lugar se presentó el 25 de octubre de 2010 y en una llamada telefónica a su casa informó que estaba bien y se encontraba en la isla Cayacal.

Se volvió a comunicar por teléfono el 28 de octubre. Desde entonces perdieron contacto. El 1º de noviembre de 2010 sus parientes lo buscaron, sin éxito.

Desde esa fecha, su familia ha acudido a diversas instancias oficiales para denunciar la desaparición, sin que hayan obtenido información de las indagaciones que se realizan para su ubicación.

Los familiares buscaron el apoyo de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) para hacer la denuncia pública y exigir a las autoridades sigan la búsqueda de Paolo César.