Atenas, 11 de octubre. La troika, integrada por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), dio luz verde para entregar a principios de noviembre un nuevo tramo del préstamo concedido el pasado año a Grecia, crucial para evitar el cese de pagos de este país.

La delegación tripartita anunció que llegó a un acuerdo con las autoridades sobre la política presupuestaria y económica requerida para enderezar nuevamente el programa económico. En tanto, los empleados de las refinerías públicas protagonizaron una nueva jornada de huelgas en protesta por el programa de recortes y despidos.

Tras una extensa revisión a las finanzas públicas helenas, los inspectores de la troika dijeron que el siguiente tramo del plan de rescate de 8 mil millones de euros (11 mil millones de dólares) debería entregarse a inicios de noviembre si es aprobado por los ministros de Finanzas de la zona euro y el directorio del FMI. En ese caso, Grecia podrá por fin recibir el último tramo del primer paquete de ayuda por 110 mil millones de euros, aprobado en mayo de 2010.

Mientras la troika daba su veredicto, se realizaban diversas protestas en las calles y paros de labores. Los empleados de las refinerías públicas mantuvieron una nueva jornada de huelgas en protesta por el programa de recortes y despidos del gobierno.

Las refinerías públicas suministran a más de dos terceras partes de las estaciones de servicio en el país; por miedo a cuellos de botella se formaron largas colas de espera ante la mayoría de gasolineras del país.

Los funcionarios ocuparon simbólicamente las entradas a numerosos ministerios y continuaron la huelga que desde hace una semana mantienen los funcionarios municipales, lo que tuvo repercusiones principalmente en la retirada de basura. En casi todos los barrios de Atenas y otras ciudades del país se acumularon montañas de basura, que sólo se recoge en hospitales y escuelas.

También en el tráfico aéreo se vivieron hoy problemas ante la huelga de los controladores aéreos, lo que se espera que provoque considerables retrasos, sobre todo en los vuelos internos.

El plan impuesto por los acreedores internacionales de Grecia implica duros recortes y afronta fuertes resistencias entre la asfixiada población, que prevé un paro general el 19 de octubre. Las tres instituciones prevén que el gobierno griego deberá adoptar medidas adicionales en los presupuestos de 2013 y 2014 para lograr cumplir los objetivos de reducir el déficit fijado en el plan.