En Tepito hay sentimientos encontrados. Unos confían en que el nuevo centro de desarrollo signifique un beneficio para su comunidad y otros, más incrédulos, temen que las instalaciones sean utilizadas por gente ajena al barrio.

Los talleres de oficios, formación de valores y hábitos de higiene, el aula digital, los módulos para atender a personas discapacitadas, la ludoteca, la biblioteca, los servicios médicos y el Centro de Desarrollo de Atención Infantil, que tendrá capacidad para atender a más de 200 alumnos, han creado expectativas, sobre todo en mujeres y niños.

Que se le llame erróneamente La Fortaleza revivió el descontento. Que cientos de acarreados, gente que no era del barrio, haya asistido a la inauguración, provocó desconfianza.

Visto de lejos el inmueble cuenta con espacios amplios, atrae y otorga otra fisonomía a la zona. Ingresar a él es imposible pues tres días después de su inauguración permanece cerrado. Una docena de policías, algunos con armas largas, son los responsables de vigilar el centro DIF más moderno y mejor equipado de la ciudad de México.

“Si es para Tepito está bien hecho. Pero ya ve, a la inauguración trajo puro borrego: seis camiones de gente que no era del barrio. Si es para nosotros por qué no nos dan permiso de verlo. El martes quitaron todos los puestos, lo inauguraron y cuando los vecinos quisimos entrar, no nos lo permitieron”, refirió Simón, comerciante de películas.

El predio expropiado en febrero de 2007 tiene dos accesos: Jesús Carranza 33 y Tenochtitlán 40. En él había una vecindad con 144 viviendas. Una inversión de 154 millones de pesos convirtió al terreno en el Centro de Desarrollo Comunitario Cuauhtémoc que, a decir del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, dotará de múltiples servicios para que Tepito tenga lo que se merece.

El día que se entregaron las nuevas instalaciones el gobierno capitalino emitió un comunicado. En él se asegura “que el nuevo inmueble da cumplimiento a un compromiso hecho por el mandatario capitalino una vez expropiado el antiguo predio conocido como La Fortaleza”.

Isabel, vecina de Jesús Carranza, recriminó: “esto era El 40. La Fortaleza está en avenida del Trabajo y la calle de Ribero. Se los hemos aclarado muchas veces y siguen con lo mismo”.

La hija de Isabel quiere nadar y escuchó que se impartirán clases de natación. La alumna de quinto año pertenece al grupo de vecinos que confían en el beneficio de las instalaciones.

Días después de la expropiación el gobierno aseguró que el centro funcionaría en un lapso menor a seis meses. Cuatro años y medio después fue inaugurado, pero a la fecha el acceso al lugar aún está prohibido.