Martes 27 de septiembre de 2011, p. 21
Moscú, 26 de septiembre. El berrinche de Aleksei Kudrin al enterarse que el actual titular del Kremlin, Dimitri Medvediev, recibió el encargo del ya candidato Vladimir Putin de encabezar el gobierno después de las elecciones presidenciales de 2012, en el supuesto de ganar en las urnas, que se da por obvio, le costó este lunes el cargo de vicepremier y ministro de finanzas.
El abrupto cese de quien se consideraba influyente figura del entorno del todavía premier Putin, para escarmiento de otros eventuales inconformes, evidenció que aquí nadie puede poner en entredicho las decisiones que toma el tándem gobernante en Rusia, formado por el mismo Putin y su fiel escudero Medvediev.
Apenas se informó el enroque que allana el camino para que Putin regrese a la Presidencia, desde Washington, donde asistía a la cumbre financiera mundial, Kudrin declaró que, por las serias diferencias en materia de política económica que mantiene con el presidente, no consideraba posible trabajar en un gobierno encabezado por Medvediev.
Medvediev arremete contra Kudrin
En Moscú, al coincidir en la reunión de la comisión presidencial de modernización, Medvediev arremetió contra Kudrin y dijo que nadie ha suprimido la disciplina y la subordinación en Rusia, por lo que sus declaraciones en Washington son impertinentes
y simple palabrería
, a menos que tenga realmente divergencias insuperables.
Si es así, usted ya sabe que tiene que hacer una sola cosa: renunciar. ¿Quiere hacerlo, aquí y ahora? Le doy hasta esta noche para que se defina
, lanzó Medvediev.
Kudrin, atónito, sólo alcanzó a responder, en tono desafiante: “En efecto tengo diferencias con usted. En cuanto a su sugerencia, tomaré una decisión sólo después de consultarlo con el primer ministro (Putin)…”
Medvediev le clavó la puntilla: Puede usted consultarlo con el primer ministro o con quien quiera, pero yo sigo siendo el presidente hasta el 7 de mayo próximo y la política del gobierno es la que aprueba el presidente
.
Horas más tarde, sin que Putin mediara públicamente en el enfrentamiento, Kudrin presentó su dimisión y Medvediev firmó el decreto sobre la destitución del vicepremier y titular de la cartera de finanzas.
Todo apunta a que el berrinche de Kudrin no se debió tanto a su desacuerdo con el excesivo gasto militar. Kudrin reaccionó como un hombre que se sintió engañado. Con razón o sin ella, le hicieron creer que si Putin volvía al Kremlin le ofrecería a él, y no a Medvediev, el cargo de primer ministro.