Ni contigo ni sin ti: una relación de pareja llevada a los límites de la autodestrucción y la humillación. Así define el creador escénico Martín Acosta la obra de teatro Gotas de agua sobre piedras calientes, escrita por el cineasta Rainer Werner Fassbinder cuando tenía 19 años.

Se trata de una historia en la que se cuestiona qué es ser feliz, cómo destruimos lo que queremos y que refleja cómo una pareja, aun siendo infeliz, aparenta estar contenta por no estar separada.

La pareja en Gotas de agua sobre piedras calientes son dos hombres, pero la homosexualidad no se presenta como causa u origen del conflicto. Aun cuando fue escrita en 1965, la obra de R. W. Fassbinder es vigente, porque toca la relación de pareja, en la que se vislumbra inicialmente la posibilidad del amor, y a la vuelta del tiempo, la cara opuesta: su imposibilidad.

La famosa premisa: ni contigo ni sin ti (planteada por François Truffaut en la película La mujer de al lado) podría definir la obra de teatro de Fassbinder, explicó Acosta.

En la búsqueda incesante del amor y la felicidad nos agotamos y vaciamos, nos quedamos sin estructura interna que deviene debilitamiento al grado límite de los protagonistas: o caemos en una historia trágica, como la del joven Franz, de 19 años, que lo lleva a la autodestrucción, o nos transformamos en Leopold, y mediante la manipulación y la humillación emprendemos la destrucción del otro.

Con un elenco integrado por Laura Almena, Tomás Rojas, Ricardo Polanco y Gimena Gómez, Gotas de agua sobre piedras calientes inició una segunda temporada en el Foro Shakespeare, luego de haberse escenificado en el teatro El Galeón, del Centro Cultural del Bosque.

Como director de la puesta en escena, dice Martín Acosta, intento resaltar la atmósfera asfixiante y repetitiva de cada personaje, quien reproduce y ejerce la humillación y manipulación de las que son víctimas todos.

Para el actor Tomás Rojas, quien interpreta a Leopold, su personaje es un hombre maduro que ha acumulado dolor y sufrimiento, y que se convierte en un demonio de seis cabezas, con constantes cambios de personalidad, que además descubre cómo manipular a las personas. Su violencia es una vía por medio de la cual desfoga su dolor.

Franz, interpretado por Ricardo Polanco, es un joven de 19 años con muchas inquietudes culturales, que se jacta de ser interesante y que aparentemente tiene la vida resuelta, pero que en realidad no le pasan cosas emocionantes. Es un joven decidido que termina por ser sumiso, e intentará poner fin a su relación.

Para la actriz Gimena Gómez, la obra no habla de la homosexualidad o la bisexualidad, sino de las relaciones de pareja, sobre hasta de qué somos capaces con tal de no estar solos o quedarnos con la persona que creemos amar.

En Gotas de agua sobre piedras calientes, los protagonistas se enfrentan a sus verdaderas personalidades en un juego de egoísmos y mentiras, pero también mediante el sexo, por el que los cuatro se verán vinculados.

Con escenografía de Jorge Ballina, la puesta se presenta lunes y martes a las 20 horas en el Foro Shakespeare (Zamora 7, colonia Condesa. Metro Chapultepec).