Margo Glantz delineó en la ceremonia de investidura del honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la preocupación de la academia por la falta de oportunidades para la juventud mexicana y la violencia que se vive en el país.

En nombre de los ocho mexicanos reconocidos con este grado –más tres extranjeros– la escritora advirtió que “la falta de oportunidades, de empleo, la deserción escolar y la baja calidad educativa hacen del fenómeno nini una bomba de tiempo cuya magnitud y costos no ha dimensionado el Estado mexicano para desactivarla”.

La lista de cuestionamientos hacia el Estado por la falta de apoyos a la educación pública fue extensa en esta ceremonia, con la cual ayer concluyeron, en el Palacio de Minería, los festejos por el centenario de la refundación de la UNAM.

Recibieron la más alta distinción que otorga esta universidad, el sociólogo y ex rector Pablo González Casanova; la geógrafa María Teresa Gutiérrez Vázquez de Macgregor; el arquitecto Ricardo Legorreta; el astrónomo Manuel Peimbert; el neurocientífico Pablo Rudomín, el diplomático Fernando Solana, la historiadora de arte Elisa Vargaslugo y la escritora Margo Glantz. La científica brasileña en el área del genoma humano, Mayana Zatz; el cantuator catalán Joan Manuel Serrat y el cineasta español Carlos Saura también fueron investidos con las insignias universitarias –toga, museta y birrete– y recibieron de manos del rector José Narro Robles la medalla y el diploma correspondientes a ese grado.

Glantz cuestionó que por encima de las universidades públicas, se otorgue mayor apoyo a las instituciones privadas, y se enfrente en México una lucha por despojar a la educación de su principal soporte: el laicismo. Afirmó que la lengua se degenera y “nos la han encogido mediante decretos y alianzas con liderazgos corruptos y prácticas desleales.

“La triste realidad es que han surgido miles de nuevos lenguajes verbales y no verbales para amordazarnos: desde los escritos en mantas por los narcotraficantes o, más aterrador, en cadáveres con signos de tortura, descabezados, asfixiados o estrangulados.”

Sumó modalidades perversas para hacernos callar, que no recurren a la tortura y el asesinato para irnos privando poco a poco del lenguaje, mientras desde la Secretaría de Educación Pública hay una nueva connotación de la palabra transversal, asociándola a las disciplinas humanísticas para desaparecer la filosofía, la ética y la lógica.

González Casanova cuestionó, en entrevista posterior, que se cierren las esperanzas a los jóvenes disminuyendo los recursos para la educación universitaria y en general, y convocó a luchar en defensa del conocimiento, que se dé a los jóvenes escuela y no tengan que ser perseguidos por la policía, como en Santiago Chile.