Domingo 18 de septiembre de 2011, p. 3
Monterrey, NL, 17 de septiembre. Un estudio de la división de política social y servicio de investigación y análisis de la Secretaría de Gobernación (SG) recomendó hace siete años que en Monterrey no se instalen casinos, porque el turismo es muy especializado y ejecutivo
; advertía que en los lugares donde se establecieran dichos giros se tendrían que redoblar la vigilancia y prevención del delito.
Ambas recomendaciones se ignoraron por completo y sólo hasta que el crimen organizado incendió el casino Royale, donde murieron 52 personas, las autoridades procedieron a clausurar los negocios que operaban ilegalmente.
Pero el incendio del pasado 25 de agosto no es el primero que ocurre en un centro de apuestas de la entidad; la madrugada del 11 de octubre de 2008 se quemó totalmente el 777 de la Suerte, de la avenida Revolución, al sur de Monterrey, cuando estaba temporalmente clausurado.
En 1932 empezó la operación de casinos en México, concretamente en Baja California, donde se instalaron hipódromos, galgódromos y centros de vicio que multiplicaron la prostitución y el tráfico de drogas.
Con base en esa experiencia, se argumentó que el gobierno debe regular, controlar y vigilar restricciones en cuanto a ubicación en zonas específicas y apropiadas, lo cual se mantuvo durante 70 años, pues hasta 2000, cuando el PAN llegó a la Presidencia, había 81 centros de apuestas, incluyendo palenques en todo el país. A partir del gobierno de Vicente Fox, y Santiago Creel como titular de la SG, se autorizaron al por mayor.