Opinión
Ver día anteriorMartes 13 de septiembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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La salud y los cambios en el gabinete
L

os cambios de los responsables en algunas secretarías de estado tienen objetivos de tipo electoral, pero además revelan algunos de los aspectos en los que se pondrá mayor énfasis en el tramo final de un sexenio, al que por fin los mexicanos podremos decir adiós.

El licenciado Felipe Calderón despidió al doctor José Ángel Córdova Villalobos en medio de una espesa nube de elogios. El ahora ex secretario de salud contenderá por la candidatura del Partido Acción Nacional (PAN) al gobierno del estado de Guanajuato, la cual seguramente obtendrá, pues entre los antiguos integrantes del gabinete es quizás el más conocido, por su actuación sobresaliente (lo que no implica juicio de valor alguno, sino simplemente notoriedad) en la pandemia producida por el virus A/H1N1. En su lugar fue nombrado, no un médico, sino un economista, el maestro Salomón Chertorivski Woldenberg, quien se desempeñaba como comisionado nacional del Seguro Popular, uno de los programas en materia social más publicitados en fechas recientes por Calderón Hinojosa.

No me voy a detener en una discusión sobre la conveniencia de que sea un médico quien tenga la responsabilidad sobre la salud de los mexicanos, lo que a muchos, entre quienes me incluyo, puede parecer algo evidente. Es claro que al licenciado Calderón eso no le importa. De hecho, desde que asumió la presidencia, como haya sido, cedió la conducción de esa importante dependencia a la Iglesia católica (así como lo hizo con la dirección del Issste, la cual quedó bajo el mando de la maestra Elba Esther Gordillo).

Antes de ser secretario, Córdova Villalobos se había distinguido por representar el dogmatismo religioso en su paso por la Cámara de Diputados, como puede recordarse en el debate sobre la creación del Instituto Nacional de Medicina Genómica, en la que intentó introducir subrepticiamente –aunque sin éxito– una cláusula que prohibía la investigación con células embrionarias.

En su desempeño como secretario, tuvo que ir corrigiendo su orientación originaria, obligado por los reclamos sociales y las evidencias de que los problemas de salud sólo pueden ser atacados de forma eficaz empleando criterios médicos y científicos y no simplemente mediante los preceptos vaticanos, por lo que tuvo que apoyar, por ejemplo, las campañas del uso del condón para enfrentar las enfermedades de transmisión sexual y, en algunos casos, otras como las normas relativas al empleo de la píldora del día siguiente.

En su conducción de las acciones para enfrentar la pandemia de influenza, tuvo por momentos una actuación errática, sobre todo en el manejo de los datos frente a la sociedad; y en su afán de minimizar los efectos económicos de la enfermedad, llegó a catalogarla prematuramente como concluida y hasta benigna. Aun así, gracias a que la letalidad y transmisibilidad del agente fueron moderadas, pudo resolverse favorablemente, lo que ha sido interpretado por algunos como un éxito de su gestión.

El nombramiento de Chertorivski indica que en el último año del actual gobierno la salud se observará solamente a través del cristal del Seguro Popular, el cual será uno de los argumentos del calderonismo para pregonar el éxito de su política social. Y para eso no se necesita de un médico (siempre y cuando no se presente alguna emergencia sanitaria). Este programa cubre ya, de acuerdo con los datos oficiales, a cerca de 50 millones de personas no aseguradas en las instituciones tradicionales, por lo que se presume que en breve se alcanzará la cobertura universal en materia de salud.

Lo que no se dice, es que el Seguro Popular no es una creación del gobierno de Calderón. Este programa surgió en el sexenio anterior, durante el gobierno de Vicente Fox, y ni siquiera la originalidad puede atribuirse a éste, sino al doctor Julio Frenk Mora, quien fungió en aquel periodo como secretario de Salud y fue el responsable de su diseño (con un sistema de financiamiento innovador que actualmente se mantiene) y de las negociaciones con los legisladores que condujeron a aprobar mayoritariamente un proyecto transexenal y a elevarlo al rango de ley. Desde su creación, Frenk planteó que el proyecto incluyera la meta de la cobertura universal para 2011. Si bien este seguro ha estado sujeto a numerosas críticas –algunas muy bien fundadas–, nadie podría oponerse a la prestación de servicios médicos a la población no asegurada, entre la que se encuentra la de más bajos recursos. Lo que ha hecho el actual gobierno es continuar, con algunos ajustes, el plan original. En otras palabras, se hace una caravana con sombrero ajeno.

En su búsqueda de la gubernatura de Guanajuato, Córdova retorna a sus orígenes. Unos días antes de dejar el cargo, respaldó la postura conservadora para limitar el número de embriones creados por las técnicas de reproducción asistida, con la clara intención de asegurarse el respaldo de la Iglesia. El Seguro Popular, por su parte, será el elemento principal del rostro social de la política de Calderón, e hipotéticamente podría ser empleado, además, para conseguir entre los beneficiarios de este programa parte de los votos que requiere con urgencia para 2012.

A Víctor Flores Olea