La falta de regulación en reproducción asistida ha favorecido el enriquecimiento de quienes realizan estos procedimientos sin ninguna garantía de éxito, señaló Bernardo Fernández del Castillo, coordinador de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Salud (Ssa).

Dijo que por eso es necesario contar con una norma en la que se reconozca que desde la concepción o la fertilización hay un ser humano con identidad genética, protegido por la Constitución y las convenciones internacionales.

Desde su perspectiva, los términos concepción y fertilización son lo mismo e implican un asunto de gran complejidad porque está involucrada la vida humana; se asumió como defensor del punto de vista científico.

Dijo que lo natural y normal es que las mujeres tengan un solo hijo en cada embarazo, por lo que técnicas que inducen gestaciones múltiples con la obtención e implantación de varios embriones ponen en riesgo su salud. De ahí la importancia –señaló– de que el proyecto de decreto que se discute en la Cámara de Diputados para reformar la Ley General de Salud limite a tres el número de embriones a obtener e implantar en el útero.

Sobre el tema, el titular de la Ssa, José Ángel Córdova Villalobos, consideró que es urgente tener una ley en reproducción asistida. Sobre los puntos de conflicto entre especialistas y grupos conservadores, se sumó a estos últimos, que buscan limitar a tres los embriones a obtener e implantar en la mujer en la fase de blastocisto, es decir, entre el sexto y séptimo día posteriores a la fertilización.

En entrevista, Fernández del Castillo admitió que una vía para destrabar este tema está en aceptar los lineamientos que plantean países europeos en cuanto a la transferencia de embriones, que el número se determine en función de la salud y la edad de las pacientes. Comentó que desde 2005 existe un consenso para que a las menores de 37 años se les implante un solo embrión, dos entre los 37 y 39 años, y un máximo de tres para el rango de 39 a 42 años. Las técnicas de reproducción asistida no se recomiendan a quienes rebasen los 42 años.

Por separado, especialistas comentaron que por los problemas éticos que plantea la obtención de embriones también forman parte de una tendencia internacional de que se limite la cantidad de óvulos a fertilizar. Resaltaron la importancia de que la ley no establezca un límite, porque no es una receta de cocina para aplicarla de manera generalizada a las mujeres.