Apenas una quinta parte ha sido diagnosticada, señala experto
Lunes 29 de agosto de 2011, p. 43
Los regaños, castigos y golpes no sirven para que un niño se mantenga quieto y ponga atención; menos, si el origen del problema es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). La enfermedad afecta a unos cinco millones de niños y adolescentes menores de 16 años en México.
Aunque existe la evidencia científica sobre sus causas y los mejores métodos para controlarla, apenas una quinta parte de los pacientes cuenta con un diagnóstico correcto y recibe el tratamiento que requiere, aseguró Eduardo Barragán, neurólogo pediatra del Hospital Infantil de México Federico Gómez.
El especialista señaló que por miedo o desconocimiento transcurren de dos a tres años antes de que los niños sean atendidos correctamente. Pero se trata de menores que no logran poner atención al profesor o son tan inquietos que golpean o molestan a los demás. Son niños a los que cambian de escuela constantemente, porque en ningún lado los soportan
.
Éstos son los síntomas característicos del TDAH, pero no son exclusivos de la enfermedad, por lo que Barragán advirtió sobre la importancia de buscar ayuda en centros de salud especializados. Detalló que la hiperactividad, impulsividad y falta de atención también son manifestaciones de hipertiroidismo y, en ocasiones, de epilepsia de ausencias.
En esta última, las crisis son periodos de algunos segundos en que el individuo se queda inmóvil, como si estuviera distraído; pueden presentarse hasta cien crisis por día.
El TDAH es un padecimiento neurobiológico de origen genético. Por estudios de resonancia magnética funcional, ahora se sabe que la alteración se registra en el área frontal del cerebro, del lado derecho y arriba del ojo (vías frontoestriadas derechas), donde el neurotransmisor conocido como dopamina estimula la concentración e inhibe el movimiento.
Por mal funcionamiento, la información no circula a la velocidad ni en los sitios que debieran, lo cual ocasiona los problemas del TDAH, indicó. A escala mundial, la prevalencia del mal es de 5.2 por ciento entre niños y adolescentes menores de 18 años de edad, y es de destacar, señaló Barragán, que la frecuencia del trastorno se ha mantenido estable en los últimos 30 años.
Si bien no existe información sobre adultos, es conocido que el TDAH no se limita a la infancia, pues algunos síntomas persisten a lo largo de la vida como es la distracción. Son las personas que dejan todo para el último porque no se pueden organizar ni planear sus actividades, las que olvidan citas, pierden las llaves del coche y olvidan los cumpleaños de seres queridos.
En cuanto al diagnóstico y tratamiento, el médico comentó que en México existen los especialistas para realizar evaluaciones clínicas adecuadas, aunque los casos que llegan a los servicios de salud son los menos. Lo grave de esta situación es que, al no ser atendida, los pacientes pueden caer en situaciones de baja autoestima, ansiedad y depresión. Son más propensos a consumir alcohol, tabaco y drogas, abundó.
Respecto de los tratamientos, Barragán puntualizó que se requiere una atención multimodal en la que intervienen herramientas y estrategias de crianza para los padres de familia.
No siempre se requieren medicinas, subrayó, pero cuando es necesario también está demostrado que los fármacos son eficaces para los casos más severos de TDAH; no provocan ninguna de adicción o dependencia a corto, mediano o largo plazos; tampoco generan daños en el hígado, corazón ni páncreas.
Un medicamento prescrito por un especialista, con las dosis adecuadas, es muy seguro y no se toma de por vida, afirmó.