Washington, 23 de agosto. Un fuerte sismo de 5.8 grados en la escala de Richter sacudió hoy la costa este de Norteamérica. Desde Carolina del Norte, en Estados Unidos, hasta Ontario, Canadá, lo sintieron unos 25 millones de personas. Estremeció edificios en las principales ciudades, retrasó vuelos y trenes, llevó a miles de trabajadores asustados a salir a las calles y también al cierre de dos reactores nucleares. No hubo reportes inmediatos de grandes daños o heridos.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, el movimiento telúrico tuvo su epicentro en Mineral, en el estado de Virginia, y se percibió también en Maryland, Nueva York, Nueva Hampshire, Ohio, Michigan y Washington DC.

La magnitud y la poca profundidad en la que se registró el sismo (seis kilómetros) hicieron que lo sitiera tanta gente, según los sismólogos. Es uno de los (sismos) más fuertes que hemos tenido allí, declaró a la cadena CNN la especialista Lucy Jones.

Dos reactores nucleares de una planta de energía en Virginia fueron desactivados como medida de precaución, informó la Comisión para la Regulación Nuclear.

Los dos reactores, en operación por la compañía Dominion Generation, están ubicados en la estación North Anna, la localidad de Mineral, en la cercanías donde fue situado el epicentro del sismo.

Los reactores se detuvieron automáticamente debido a un corte de electricidad vinculado al sismo y no hay daño aparente en este momento, subrayó David Heacock, presidente de Dominion Generation. Agregó que ninguno los 250 mil hogares abastecidos por la central resultaron afectados.

En la capital estadunidense, los edificios del Pentágono y del Capitolio fueron desalojados, y miles de oficinistas aterrados corrieron hacia las calles atestadas.

El sismo tuvo una duración de 20 a 30 segundos y provocó que se rompieran los tres pináculos en la torre central de la catedral nacional de Washington, el edificio más alto de la ciudad. Otro daño reportado fue en la embajada de Ecuador.

El Pentágono, el mayor edificio administrativo del mundo, con al menos 23 mil empleados, fue desalojado por los militares.

El terremoto también se sintió en la isla Martha’s Vineyard, Massachusetts, donde el presidente estadunidense Barack Obama pasa sus vacaciones en familia.

Obama convocó a los principales responsables en materia de seguridad nacional y de gestión de desastres de su gobierno para evaluar el impacto del sismo, y se le informó que ninguna de las estructuras críticas del país, como centrales nucleares y aeropuertos, sufrieron daños mayores.

La empresa de trenes de pasajeros Amtrak redujo la velocidad de sus unidades entre Washington y Baltimore, mientras fueron inspeccionados los rieles y las estaciones en la costa este, lo que provocó leves retrasos al tráfico.

El servicio telefónico sufrió interrupciones en toda la región y la red de celulares estaba tan congestionada que limitó las llamadas. Un portavoz de Verizon Wireless dijo que no había reportes de daños en su red, pero que la congestión afectó el servicio durante unos 20 minutos después del sismo.

En Nueva York, el sismo llevó al desalojo de edificios de tribunales, la municipalidad y la detención de los trabajos donde se construye el World Trade Center.

Las torres de control del aeropuerto internacional John F. Kennedy en la ciudad de Nueva York y el aeropuerto Newark Liberty, en Nueva Jersey, fueron desalojados; los vuelos se retrasaron brevemente en Washington, Filadelfia y Nueva York, mientras autoridades inspeccionaban las torres y las pistas.

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, dijo en un comunicado que como la gente de toda la costa este, los neoyorquinos de los cinco distritos sintieron el efecto del terremoto de esta tarde en Virginia. Por suerte, no hay informaciones de daños significativos ni heridos en la ciudad de Nueva York, agregó.

El movimiento telúrico fue percibido hasta en Toronto, Canadá. Según las autoridades, su impacto fue fuerte porque se produjo a tan sólo 800 metros de profundidad.

En Virginia suele haber cada uno o dos años pequeños temblores de tierra que no suelen ocasionar daños. Sin embargo, cada tanto se registra un terremoto mayor.

El último sismo con grandes consecuencias tuvo lugar según el servicio geológico estadunidense en 1875 y midió 4.8 grados. Un movimiento telúrico tan intenso como el registrado este martes tuvo lugar por última vez en 1897.

Aunque los terremotos en el este de Estados Unidos son más raros que en el oeste, suelen hacerse sentir en una amplia región.