Agroempresarios exhortaron al gobierno a proteger el mercado interno y pidieron ser incluidos en la toma de decisiones en torno a la política arancelaria, ante la inminente recesión en Estados Unidos.

Los integrantes del Consejo Nacional Agropecuario sostuvieron que es imperativo garantizar el crecimiento de la planta productiva del país, por lo que pidieron consensuar y unificar criterios y acciones en materia arancelaria y el mercado interno.

En un comunicado conjunto con la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), destacaron que la política comercial internacional debe adecuarse a las nuevas circunstancias del entorno económico mundial.

De su lado, Ramón Chavira, presidente de la Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centros de Abasto, dijo que en las centrales de abasto se ofrecerán alimentos a precios entre 15 y 50 por ciento más baratos en comparación con los vigentes en supermercados. Explicó que ante los temores acerca de una nueva recesión económica mundial, la red nacional de centrales de abasto es la alternativa para garantizar productos agroalimentarios y pesqueros de calidad a precios accesibles. Las centrales de abasto, mercados públicos y municipales, fruterías y recauderías del país tienen la encomienda de garantizar alimentos de calidad y a precios accesibles, dijo.

Descartó que las restricciones económicas afecten al sector alimentario; esperamos un repunte en nuestras ventas, ello como parte del crecimiento inercial del país, aunque las actividades primarias experimentaron un crecimiento negativo –de menos 3.7 por ciento– en términos reales en el segundo semestre de este año en comparación con 2010 debido a la baja en la agricultura.

La Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) manifestó preocupación por la situación económica mundial y la reducción del crecimiento de la agricultura. Propuso crear una banca social para que pequeños y medianos productores accedan a créditos a tasas bajas y convocó al movimiento campesino a luchar por un nuevo pacto social para el campo con la finalidad de lograr políticas públicas que impulsen la autosuficiencia y soberanía alimentarias.

Los campesinos, dijo, deben pelear espacios en los sistemas producto, que se han creado desde 2003, y la construcción de intermediarios financieros. Los labriegos deben apropiarse de los procesos productivos mediante la creación de empresas sociales para asegurar sus ingresos y crear empleos.

Álvaro López Ríos, dirigente de la UNTA, sostuvo que deben redoblarse esfuerzos para lograr la unidad del movimiento campesino y promover el respeto irrestricto a la propiedad social, ejidal y comunal.

El sector agropecuario requiere presupuestos multianuales para planificar la producción de alimentos y tener una política de crédito de la banca de desarrollo.