El escultor en papel Palle Seiersen Frost se ha alejado de sus piezas de pequeño formato en aras de la bidimensionalidad.

Despliegues es el título de la exposición del artista de origen danés y naturalizado mexicano –montada en la Galería Juan Martín–; muchas de las obras que reúne cuelgan del techo del recinto, ubicado en la calle Charles Dickens 33 B, colonia Polanco.

De tendencia geometrizante, Seiersen dice que un día me sentí no tan feliz, porque al trabajar en forma geométrica tiro entre 70 y 80 por ciento de lo que hago, por no tener la perfección requerida.

Su trabajo no se puede corregir, pero sí arrugar y estrujar con la idea de crear algún tipo de caos.

De allí que el artista lo aplasta en forma de pastel y lo pinta de negro; luego lo desdobla para devolverlo a su tamaño original de papel. Obviamente, aclara, hay partes que no quedaron pintadas. Al desplegarlo hay un caos, pero después de verlo un par de minutos se establece una especie de orden. Por eso llamo despliegues a estas obras.

Las piezas están realizadas en un papel japonés denominado kinwashi. De acuerdo con Seiersen, la razón básica para esta nueva técnica es la búsqueda del caos para luego recaer en una nueva especie de imagen; hay un nuevo orden. Kakemono es el término japonés que el entrevistado emplea para describir la forma en que cuelgan las obras.

Con motivo de la muestra, Lily Kassner escribió: Por sus innumerables formas que conllevan diversos planos, aristas, relevancias, profundidades, perspectivas, horadaciones, etcétera, de abundancia casi apabullante, a primera vista deja la impresión de constituir un caos que, en una observación más atenta y pronunciada, revela un innegable y fascinante orden interno, el cual resulta, pese a su evidente presencia bidimensional, de una tridimensionalidad innegable, si bien perteneciente a un ámbito virtual.

Seiersen todavía no ha terminado sus experimentos con este particular manera de trabajar. Hace referencia a “las pinturas-caos que he colocado entre dos pequeñas hojas de acrílico, que juegan con la translucidez de los resultados.

“De niño –recuerda el artista– tuve dos imágenes consistentes en dos transparencias, pero en un emplomado. Una era la pintura de Jean-François Millet, El Ángelus, y la otra, un dibujo de Rembrandt. Colgaban en la ventana de mi recámara y los iluminaba la luz del sol. Y como durante años he jugado con acrílicos he logrado hacer algunas cosas pequeñas con la translucidez del papel llamado kinwashi, que es muy fuerte e iluminado.”

(Despliegues concluye exhibición el sábado 20.)