La población más pobre en México enfrenta mayores riesgos de padecer obesidad y sobrepeso, afirmó Mauricio Hernández-Ávila, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, y destacó que quienes se ubican en el quintil de más bajos ingresos económicos tienen niveles más altos de sobrepeso, pues en menos de dos décadas aumentaron casi cinco veces su prevalencia en esta enfermedad.

La causa, reconoció, es una alimentación de muy baja calidad. Se trata de quienes más consumen alimentos industrializados, ante el encarecimiento de frutas y verduras –productos básicos en una dieta saludable–, cuyos precios se elevaron 124 por ciento del año 2000 a 2010.

Los hogares más pobres del país, explicó el funcionario de la Secretaría de Salud (Ssa), consumen una dieta elevada en grasas de muy mala calidad. Comen pastas y bebidas azucaradas, porque muchas veces no tienen acceso a agua potable o no lo valoran como ventaja nutricional. De 1988 a 2006, indicó, la población con menores ingresos en el país pasó de una prevalencia de 5 a 30 por ciento de personas obesas, lo que representa el crecimiento más acelerado.

Al participar en el seminario Construyendo la política pública para el control de la obesidad, organizado por la Ssa y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), reiteró que en México 60 millones de personas sufren de sobrepeso y obesidad, lo que representó en 2008 un gasto superior a 25 mil millones de pesos en servicios de salud, los cuales alcanzarán 75 mil millones de pesos en 2017, en perjuicio de más de 63 mil familias.

Sin embargo, alertó que este padecimiento también será una barrera para salir de la pobreza, porque disminuye la productividad laboral, pero sobre todo porque representa gastos catastróficos en salud.

Frente a un problema que demanda soluciones integrales e interinstitucionales, no hay posibilidad de alcanzar resultados a corto plazo. Se corre el riesgo, reconoció, de que la siguiente generación de mexicanos sea la primera en alcanzar una expectativa de vida menor a la de sus padres.

Fernando Álvarez del Río, titular de la Unidad de Análisis Económico de la Ssa, advirtió que en México uno de cada cuatro niños tienen sobrepeso. No obstante, si se considera la población escolar, en tan sólo siete años se incrementó en 40 por ciento la obesidad. Si a esto se suma que 80 por ciento de los menores que sufren sobrepeso serán adultos obesos, en los próximos años debemos atender uno de los mayores retos sociales y de salud pública.

El doctor Enrique Ruelas Barajas y el secretario de Salud, José Ángel Córbova, durante la ceremonia en que el Instituto Científico Pfizer otorgó reconocimientos a la excelencia de estudiantes de medicina 2011Foto Guillermo Sologuren

Los precios para acceder a productos sanos y de calidad se han incrementado. Los refrescos, en una década subieron sólo 58 por ciento, y chocolates y golosinas 67 por ciento, pero frutas y verduras superaron 124 por ciento, apuntó.

A esto se suma que al menos 70 por ciento de los escolares no realizan ninguna actividad física en la escuela, pero consumen en promedio 433 calorías durante el recreo, es decir, 1.6 veces más de la cantidad recomendable.

Al respecto, Hernández Ávila dijo que ante la necesidad de fortalecer las acciones para prevenir la obesidad infantil en este año se buscará añadir un segundo nivel al código PABI (publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida al público infantil) para incrementar la edad de protección de 12 a 16 años, y eliminar de forma definitiva el uso de personajes para incentivar consumo de alimentos de baja calidad nutricional.

Casi todas las escuelas cumplen reglas para la venta de alimentos

El 85 por ciento de las escuelas de educación básica en el país ha cumplido con los lineamientos para la venta de alimentos y bebidas, aseguró José Ángel Córdova Villalobos, titular de la Ssa.

En un comunicado la dependencia destacó que de no frenarse el problema de sobrepeso y obesidad, el costo para el sistema de salud será de 170 mil millones de pesos en 2017, es decir, todo el presupuesto de la Ssa sería dedicado a una enfermedad y sus complicaciones.

Córdova dijo que las porciones de alimentos que se venden en las escuelas no deben rebasar 130 calorías, como establecen los lineamientos generales para el expendio de alimentos y bebidas dentro de las escuelas.

Al finalizar su participación en la entrega de reconocimientos de excelencia nacional a 62 estudiantes de medicina con mejores promedios, reiteró que la responsabilidad de la nutrición de los menores debe ser compartida entre autoridades y padres de familia.

Añadió que a partir del regreso a clases en las primarias, este 22 de agosto, la Ssa mantendrá la alerta por sarampión 40 días más y que las autoridades sanitarias estarán atentas para detectar nuevos casos de la enfermedad.

(Con información de Itza Varela Huerta)