Consideran que la permanencia de Alanís restaría credibilidad al tribunal
Pedro Penagos y Constancio Carrasco, entre los aspirantes con posibilidades de asumir el cargo
Martes 9 de agosto de 2011, p. 15
En ruta hacia las elecciones presidenciales de 2012, este miércoles se elegirá al nuevo presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), sin que esté descartada la relección de quien fungía como magistrada presidenta, María del Carmen Alanís. De no ser así, se estima que entre el grupo cercano a Alanís se impulsaría la candidatura de Pedro Penagos para disputar la presidencia a Constancio Carrasco.
El camino hacia un segundo mandato de María del Carmen Alanís no parece fácil tras los embates que lanzó el Partido Acción Nacional en su contra, cuestionando aquella polémica comida-cena que ofreció a un grupo selecto de priístas ligados al gobernador mexiquense, Enrique Pena Nieto.
El inusual convivio se dio en vísperas de resolver una queja del blanquiazul en el que ella, por añadidura, era la ponente y a la que exigieron infructuosamente se excusara del tema; la sentencia fue negativa para el PAN.
Como hace tiempo no sucedía, una de las principales fuerzas políticas puso en entredicho la imparcialidad de un magistrado, en este caso sugiriendo filias priístas de Alanís.
En el TEPJF algunos sectores asumen que la permanencia de Alanís al frente del tribunal impactaría negativamente en la imagen de imparcialidad del organismo ante los comicios presidenciales, por lo que es un factor en su contra.
En caso de descartarse la reelección, quedarían Carrasco y Penagos, si bien en días pasados el propio ex presidente del TEPJF, Flavio Galván, dio a conocer su disposición de contender por el cargo, al cual renunció en medio de un escándalo administrativo, no suficientemente aclarado, en agosto de 2007.
En el TEPJF se considera que Penagos podría ser el delfín de la propia Alanís, en caso de que no se religiera, en tanto que Carrasco encabezaría a quienes no son afines a la ex presidenta.
La historia de los relevos en la presidencia del organismo no siempre ha sido tersa. En los 15 años de existencia propiamente como TEPJF, el organismo ha tenido al menos dos relevos forzados por circunstancias atribuibles a presuntos malos manejos administrativos que precipitaron las renuncias de Eloy Fuentes y del propio Galván. Ambas dimisiones pusieron en entredicho la transparencia del organismo.
En 2005, justo en vísperas del proceso electoral, el 30 de septiembre, por razones personales
, Fuentes dimitió al cargo en medio de versiones sobre malos manejos que condicionaron su renuncia a que se realizaran mayores investigaciones. No se supo si hubo auditorías a su gestión y los seis magistrados encabezados por Leonel Castillo cerraron filas y no trascendió mayor información.
Justo en esa fecha, Alanís renunció a su cargo de secretaria ejecutiva del Instituto Federal Electoral (IFE), dejando una secuela de críticas al interior del organismo. Argumentando falta de autonomía para ejercer su cargo, diversas fuentes entonces adjudicaron el motivo a su confrontación con el entonces consejero presidente, Luis Carlos Ugalde.
En el IFE se manejó también que uno de los factores de la confrontación provenía del divorcio de Ugalde de Lía Limón, quien tenía una estrecha amistad con Alanís, lo que –se argumentaba– le habría valido la designación al cargo y precipitado su renuncia.
Otra amistad cercana, dicen sus detractores en el TEPJF, le habría valido su llegada al tribunal. Íntima amiga de Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón, Alanís pudo alcanzar la designación merced a ello y a sus buenas relaciones con la fracción priísta en el Senado, se decía.
En agosto de 2007, menos de un año después de la renovación del TEPJF, Alanís sucedió a Galván, cuya renuncia se dio por la opaca adquisición de un inmueble para el TEPJF, a partir de un recurso interpuesto por el magistrado Salvador Nava, por cuya tía, Olga Gomar, corredora inmobiliaria, se habría sabido de malos manejos de la asesora de Galván, Norma Inés Aguilar, quien, según las versiones, habría sugerido cobrar una comisión por asegurar la compra de un inmueble.
Presunta corrupción era el argumento que precipitó la renuncia, si bien en el círculo cercano de Galván Rivera se asume que se trató de una intriga en su contra para posibilitar el acceso de Alanís a la presidencia. La gestión de Alanís concluyó el pasado 5 de agosto y este miércoles al mediodía se determinará quien la sucederá o bien, si ella extiende su gestión, misma que la ha llevado a convertirse en representante de México ante Comisión Europea para la Democracia (Comisión de Venecia) y encabezar el Grupo de Trabajo de Jurisprudencia Electoral Americana.