l pasado martes, ya siendo virtual candidata del Partido Acción Nacional (PAN) a la gubernatura del estado de Michoacán, y bajo una constante acusación de tener a su servicio el presupuesto federal que maneja su hermano, Luisa María Calderón Hinojosa consideró propio sentarse en la mesa principal de un acto encabezado por el dócil secretario federal de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, en el que éste rindió una especie de informe de actividades relacionadas con el estado y, de manera sugerente en la temporada electoral en curso, hizo un guiño con cargo al erario mediante el anuncio de su disponibilidad de gasto en lo inmediato: La idea es apoyar en Michoacán con todo lo que requiera para que todas las unidades médicas estén funcionando.

La sesión quiso atenuar su talante, digno de ser considerado como delito electoral, mediante la falsa etiquetación de privada, aunque los medios informativos pudieron tomar nota de lo sucedido e incluso tomar fotografías, como puede verse en La Jornada Michoacán, tanto en la nota de Celic Mendoza como en las gráficas de Iván Sánchez (http://j.mp/qAyLVV), publicadas una en la primera plana del diario, donde se puede ver a una Luisa María sonriente y a la vanguardia del grupo, y otra en interiores, donde quedó constancia de que la hermana del ocupante del gobierno federal compartió la mesa de cuatro desde la cual el secretario Córdova Villalobos rendía un faccioso informe de labores.

Dos días después de esa confirmación privada del uso del aparato federal para beneficio de la hermana en campaña (aprovechamiento que lleva años, pero ahora está en fase de completo descaro), el licenciado Calderón llegó a su tierra natal para desarrollar una gira de dos días caracterizada por la inauguración de obras y servicios. Le recibieron algunos datos desagradables: en primer lugar, que el presidente del comité nacional perredista, Jesús Zambrano, anunció que solicitará una indagatoria formal sobre la reunión reseñada y, en segundo lugar, que persiste una resistencia de panistas a los arreglos hechos con el PAN para apoyar a Cocoa sacrificando a aspirantes a presidencias municipales, en especial en la capital del estado, donde al senador con licencia Marko Cortés le callaron de manera poco elegante la boca (siendo como había sido un crítico duro de los abusos y excesos de poder de Calderón Hinojosa –es decir, de Luisa María–, a quien llegó a acusar de mentirosa por haber prometido años atrás que no ocuparía espacios públicos para no dar pie a maledicencias contra el hermano Felipe). Al citado Cortés lo hicieron candidato a la alcaldía capitalina mediante un tradicional dedazo, cancelando los procesos internos a la luz del arreglo realizado con el Panal de Elba Esther, la nuevamente aliada, pero sólo regionalmente, por este año y por supremas razones familiares de la parte contratante.

Tan escandaloso es el apoyo abierto del gobierno federal a la Primera Hermana (PH) que el arrinconado presunto gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, pidió que no hubiera guerra sucia, ante lo cual el carnal Felipe juró que no meterá las manos en las elecciones estatales y que no regresará a la entidad sino hasta después del día de las votaciones. No avalan los hechos a las palabras supuestamente tranquilizadoras del hermano en contienda, sino todo lo contrario. Hasta ahora ha habido una marcada y sostenida estrategia de impulso a Luisa María, colocando a la mayoría de los delegados federales a las órdenes de los operadores y los planes de la ahora candidata, llegando a extremos de sincero valemadrismo político como el acontecido el martes con el secretario federal de salud que, además, él mismo es un funcionario en constante campaña de apoyo a sí mismo para ser candidato panista al gobierno de Guanajuato. Otros secretarios del distraído gabinete felipista también reparten sus luces y recursos entre la función gubernamental que les han asignado y los escarceos futuristas, como lo demuestran diariamente Alonso Lujambio y Ernesto Cordero. Total, si el jefe es el primero en volcarse en aventuras electorales, no sólo las familiares sino en general la de la sucesión en Los Pinos, ¿por qué habrían sus subordinados inmediatos de guardar las formas y abstenerse del uso de tiempo y recursos oficiales para navegar abiertamente en la grilla?

Astillas

Un pajarito versado en lenguas (como ha de comprenderse al final del presente párrafo) develó a esta columna aeróbica y chifladora la clave de ornitología política en que famosos amoríos hacen descansar sus expectativas de triunfo electoral. Abundantemente sabida es la ganancia en imagen que al gobernador del estado de México ha reportado su televisivo matrimonio con la actriz Angélica Rivera, conocida como La Gaviota. Pues bien, a ese productivo volar de ave de tres colores ahora podrá añadirse, o confrontarse, según fuera el caso, La Pajarita, que tal es el significado en árabe del segundo apellido de Rosalinda Bueso Asfura, la nueva novia del jefe del gobierno capitalino, Marcelo Ebrard. Rivera, en Toluca, y Asfura en la ciudad de México: Gaviota contra Pajarita... Telenovela legislativa y ejecutiva: el poeta suspende (parcialmente) su diálogo con los hacendados del poder que le han engañado y han faltado a la palabra empeñada. Pero he ahí que mensajeros de buena voluntad tratan de explicar al enojado versificador que sus arrebatos fueron producidos por una equívoca lectura de las circunstancias, y que los patrones sí son buenos y que prometen cambiar, o cuando menos no ser tan díscolos, escuchando con paciencia y buena voluntad a quienes saben hablar con el corazón en la mano. Por lo pronto, el diálogo cancelado con el Congreso estaría en ruta de reapertura y las sesiones de trabajo con Gobernación se frenaron salvo en una. ¿Qué pasará? No deje de ver el siguiente capitulado... Y, mientras la PGR nombra a los sustitutos (gulp) de los 21 delegados estatales que relevó en días pasados sin aún fincarles responsabilidades por los hechos que hubieran llevado a botarlos, ¡feliz fin de semana!

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