Budapest, 30 de julio. El mexicano Sergio Pérez se coló al top 10 en la parrilla de salida rumbo al Gran Premio de Hungría, undécima fecha de la Fórmula Uno, en la que compartirá la quinta fila con el alemán Michael Schumacher, mientras que el líder del campeonato, el también germano Sebastian Vettel, recuperó el dominio sobre la pista de Hungaroring y partirá desde la punta.

En tanto, Esteban Gutiérrez se vio afectado por una falla en el motor de su Lotus ART y abandonó al inicio de la carrera future, la primera en la cartelera doble de la serie GP2.

Estoy muy contento. Es la segunda vez que entro a la Q3 (última fase de calificación) y la primera que puedo celebrarlo, señaló el jalisciense, quien durante la campaña sólo se había metido a la Q3 en Mónaco, pero fue en ese circuito callejero donde se estrelló, quedó marginado de esa carrera y la siguiente, en Canadá.

Mi vuelta más rápida en la Q2 fue muy buena. Creo que hemos conseguido el máximo posible en la actualidad. El equipo maneja muy bien las condiciones y la estrategia fue muy buena. Pero todo lo que importa es mañana. Nuestro ritmo de carrera debe ser bueno y espero poder mejorar y sumar algunos puntos, agregó el piloto de la escudería suiza Sauber.

Vettel (Red Bull) recuperó confianza al volante y se llevó su octava pole position del año. El alemán logró el mejor tiempo en la sesión calificada, de 1.19.815, delante del británico Lewis Hamilton (1.19.978) y del otro británico de McLaren, Jenson Button (1.20.024), mientras los Ferrari del brasileño Felipe Massa y el español Fernando Alonso terminaron en cuarto y quinto lugar, respectivamente.

Alonso compartirá la tercera línea de la parrilla con el australiano Mark Webber, con el otro Red Bull, mientras de la cuarta saldrán los alemanes Nico Rosberg (Mercedes) y Adrian Sutil (Force India). Los últimos en el bloque de los 10 primeros en la parrilla serán Schumacher y Pérez.

Los rivales de Red Bull, empezando por Fernando Alonso, saben que no lo tendrán fácil para superar a Vettel, pero son optimistas y creen que todavía es posible cambiar el rumbo del Mundial.