Impide el clima a aspirantes obtener acreditación, al no lograr los 5 saltos requeridos
Descartan posibles acciones de dicho grupo en labores de la lucha contra el narcotráfico
Jueves 28 de julio de 2011, p. 16
Base Aérea de Santa Lucía Méx, 27 de julio. Después de 21 años, el Ejército Mexicano abrió nuevamente las puertas a las mujeres para tomar el curso de paracaidista. Actualmente, 71 abogadas, médicas, enfermeras y personal administrativo se adiestran en dicha tarea para integrar el primer agrupamiento femenino de paracaidistas.
El encargado del entrenamiento –en el que también participan 199 soldados–, coronel de zapadores y paracaidista Bernardino Olvera Martínez sostuvo que con este curso se establecen las bases para que en un futuro cercano las mujeres se integren al cuerpo de elite del Ejército Mexicano, los Fusileros Paracaidistas.
Señaló que inicialmente pueden hacerlo en labores administrativas y posteriormente lo harán en el área operativa. Agregó que para dar ese paso sólo falta la indicación del alto mando.
Esta mañana, debido a las condiciones del clima y la falta de visibilidad –sólo había dos millas, cuando se requiere al menos tres para que los saltos se realicen en condiciones apropiadas–, las aspirantes no pudieron cumplir con el tercero de los cinco saltos que necesitan para calificarse
como paracaidistas; aunque se prevé que en el transcurso de esta semana logren su objetivo.
Voceros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) confirmaron que se tiene el propósito de presentar en el desfile militar del 16 de septiembre próximo al primer agrupamiento femenino de paracaidistas.
Explicaron que con esta capacitación, las mujeres estarán en condiciones de integrarse a los ejercicios de fuerzas combinadas
que realiza el Ejército, las cuales tienen como propósito llegar a un objetivo de guerra por la vía aérea y tomarlo como base de las operaciones en contra del enemigo
.
Es por eso, explicaron, que los participantes –incluidas mujeres–, proceden de diferentes disciplinas médicas o de enfermería, además de las áreas de justicia, labores administrativas, logística, transmisiones, etcétera. Es decir, que se complementan para que una operación sea efectiva.
Una vez que culminen su adiestramiento, todos los aspirantes regresarán a las unidades en las que están encuadrados, y en caso de que el servicio lo requiera, serán llamados tomando en cuenta sus nuevas habilidades.
Precisaron que esta preparación no tiene relación con la labor que realiza el Ejército actualmente en el combate al narcotráfico, en donde sí participan los elementos del cuerpo de Fusileros Paracaidistas.
Sobre el desempeño del personal femenino que ya realizó un salto a mil 500 pies de altura se explicó que en sus tres primeras oportunidades carga su paracaídas y el de repuesto; en el cuarto agregarán su mochila con alimentos enlatados y productos de aseo personal y el quinto lo harán con su arma larga reglamentaria.
Al respecto Olvera Martínez comentó que la principal característica del paracaidista es su arrojo, compañerismo y espíritu de cuerpo
, porque la intensidad del adiestramiento los une.
Aquí no hay adiestramiento para generales, para coroneles o para soldados, es igual para todos
.
Agregó que la instrucción es la misma para hombres y mujeres, igual corren, igual saltan
; además no hay paracaídas especiales para mujeres.
–¿Sin embargo, hubo diferencia ahora que había mujeres con relación al adiestramiento en el que sólo había hombres?
–Aquí los instructores tenemos que ser muy cuidadosos con nuestro trato, porque no es lo mismo dirigirse a un hombre que a una mujer. Y en cualquier actividad humana debe haber un trato diferente en la manera de expresarnos. Muchas veces al hombre se le grita y con la mujer tienes que ser más cuidadoso, porque ellas son más sensibles.
Las aspirantes a formar parte del agrupamiento femenino de paracaidistas tuvieron que pasar previamente una serie de exámenes físicos y sicológicos; la mayoría no rebasa los 30 años.
Pese a su aparente fragilidad, ejecutan los saltos con más de 30 kilos de equipo al igual que sus compañeros, realizan el mismo entrenamiento.
A la distancia, el traje verde de camuflaje no permite distinguir quién es quién y esa es la idea del alto mando, que en el Ejército, la equidad de género y la igualdad de oportunidades sean una realidad.