Pudo haber sido una goliza de época, pero Pumas se topó con un atento Óscar Pérez que evitó la humillación para San Luis. No obstante, los auriazules comenzaron con el pie derecho la defensa de su título, tras imponerse 2-0 a una insulsa visita, en partido en el que la UNAM mostró la garra de sus juventud con el debut afortunado de cuatro canteranos.

Aunque no tuvieron el pasillo ni homenaje que habían prometido los Gladiadores, el equipo campeón saltó a la cancha con renovada dinámica. De inmediato Francisco Palencia comandó las acciones con su habitual despliegue de enjundia y velocidad, a las que se sumaron Efraín Velarde y el argentino Martín Bravo, quien tuvo un duelo aparte al sostener varios mano a mano con el Conejo Pérez.

El buen ritmo que el conjunto universitario impuso comenzó a dar frutos al minuto 11, cuando Paco Palencia desbordó por la derecha y envió un centro retrasado para Juan Carlos Cacho, quien llegó de frente al segundo poste para clavar el esférico por el único resquicio que dejó Pérez.

Al siguiente minuto Velarde recorrió el carril izquierdo y dio pase a Cacho, pero el ex tuzo le pegó mal al balón y lo echó a un lado.

El duelo entre el Conejo y Bravo tuvo su primer round al minuto 15, cuando el guardameta de San Luis salió barriéndose; el atacante careció de espacio y juego de piernas necesarios para esconder la pelota y Pérez se adueñó de ella.

Los hombres de ataque de los Gladiadores, como Wilmer Aguirre y Alfredo Moreno, mostraron perfil bajo y poca tarea dieron al portero Alejandro Palacios y al defensa debutante Aarón Sandoval, quien suplió sin sobresaltos al paraguayo Darío Verón.

Al 31 de acción Cacho se lesionó y su lugar lo ocupó Eduardo Herrera, quien también hizo su presentación en el máximo circuito. El jugador de 25 años se vio voluntarioso, aunque por su constitución robusta desentonó con la ligereza y explosividad de Palencia y Bravo.

Óscar Pérez de nuevo fue el salvador de su equipo al desviar el esférico tras un disparo de Pikolín Palacios. Su trajín fue intenso durante varios lapsos y resolvió bien su segundo enfrentamiento con Bravo, a quien volvió a desarmar.

El rostro del argentino reflejaba coraje y frustración, pero en la tercera oportunidad se aplicó mejor. Por fin hizo la faena al portero visitante y clavó la pelota pegada al poste izquierdo para definir el 2-0.

El duelo casado entre ambos tuvo un episodio frustrado cuando por cuarta vez Bravo se encarreró hacia la meta y el defensa Michael Orozco le salió al paso para robarle el balón.

En el complemento San Luis hizo lo único memorable: un trallazo de Wilmer Aguirre que cimbró el poste derecho y más tarde un envío muy elevado de Aníbal Matellán. Eso fue todo.

Los otros dos debutantes de Pumas fueron el mediocampista Neftalí Teja y el delantero Michel Castro. Teja sustituyó a Palencia al minuto 62, quien portó el gafete de capitán. Salió entre una fuerte ovación y con los brazos en alto, mientras Castro ingresó por Bravo al 76.

Serio, pero satisfecho, el técnico auriazul, Guillermo Vázquez, manifestó: Este es el estilo del equipo, no podemos salirnos de eso. El plantel hizo un buen partido, tuvo dinámica, como lo habíamos planeado. Se dieron los goles, tuvimos llegadas, se defendió bien y supimos mantener la ventaja.

Se manifestó conforme con el desempeño de los debutantes, pero resaltó que tienen más que ofrecer y poco a poco ganarán confianza para mostrarse a plenitud, aunque admitió: hay muchos aspectos por corregir.

Aclaró que sólo por hoy Palencia portó el gafete de capitán, pero deberá dialogar con Darío Verón y Efraín Velarde para definir al líder del equipo.

Ignacio Ambriz, timonel de los Gladiadores, dijo que nunca había visto a su equipo jugar tan mal: el primer tiempo era para un 4-0 tranquilamente para Pumas. Nos superó en todos los aspectos, y apenas destacó el tiro de Aguirre al poste.

El resultado puede ser un accidente, pero sería quitarle mérito a la UNAM. Asimismo, se disculpó por no haber hecho el pasillo de homenaje al campeón, pues salimos un poquito tarde porque rezamos tantito... me hubiese gustado.