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Crean fundación en honor del poeta

Evocan a José Carlos Becerra, potente voz de la lírica mexicana

Avales de Sergio Pitol y José Emilio Pacheco

Instaurarán cátedra con su nombre, anuncian

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El gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, el director de la Fundación, Héctor A. Suárez, y los escritores María Luisa La China Mendoza y Eduardo Langagne
 
Periódico La Jornada
Sábado 16 de julio de 2011, p. 5

Con la evocación de su corta vida de 34 años, la lectura de poemas suyos por los actores Guillermo Murray y Diana Golden, y del cantante Óscar Chávez, la presentación de música, danza y poesía indígena y, sobre todo, el aval de los escritores Sergio Pitol, José Emilio Pacheco, María Luisa Mendoza y Eduardo Langagne, fue dada a conocer la Fundación José Carlos Becerra.

Este poeta, narrador y arquitecto tabasqueño, considerado una de las voces más potentes de la lírica mexicana, nació en Villahermosa el 21 de mayo de 1936 y murió en 1970, seis días después de su cumpleaños, en un accidente automovilístico en Italia. Este 2011 se cumplieron 75 años de su nacimiento.

Además de su cercanía con escritores como el también tabasqueño Carlos Pellicer, Rafael Alberti, Pablo Neruda o el propio Pitol, también es reconocido su interés por la arquitectura, la actuación y el cine, así como su compromiso con causas sociales, por ejemplo los movimientos ferrocarrilero de 1959 y estudiantil de 1968.

En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la noche del martes, donde asistió el gobernador Andrés Granier, se informó que la naciente fundación con el nombre del poeta tabasqueño se creó con el objetivo fundamental de difundir su obra.

Para ello, se informó, reditarán sus libros, como Relación de los hechos, único que publicó en vida; La noche y El otoño recorre las islas (obra poética 1961-1970), éste con prólogo de Octavio Paz.

Se buscará recuperar algunos materiales inéditos del archivo familiar y se creará la Cátedra José Carlos Becerra, que será itinerante y comenzará en las universidades de Coahuila y Durango.

Lanzarán el Premio Internacional José Carlos Becerra para las Letras Hispanoamericanas y se creará un centro cultural en el que habrá exposiciones de artes plásticas, ciclos de cine, conferencias y talleres literarios. También se editará un disco con la firma Pentagrama y una edición conmemorativa de Relación de los hechos.

La fundación es dirigida por Héctor A. Suárez y el área cultural coordinada por Lilia Cárdenas, mientras en el consejo asesor honorario participan las hermanas del poeta: María Carlota, Deifilia y María Cristina Becerra Ramos.

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José Carlos Becerra (1936-1970), fotografía tomada de su libro El otoño recorre las islas, coeditado por Era-SEP

Suárez y Cárdenas destacan que el proyecto de consolidar esta fundación es una iniciativa ciudadana, aunque ya trabajan en la gestión de apoyos institucionales, como un convenio con el Instituto Nacional de Bellas Artes.

Obra admirable

Pitol y Pacheco no pudieron asistir, pero enviaron breves mensajes de felicitación a la nueva fundación. El primero dijo:

Me sumo afectivamente a todas aquellas personas de buena voluntad que dedican sus esfuerzos a esta causa, todo en torno a la memoria del gran José Carlos Becerra. Y también unidos en el recuerdo perdurable de otros dos amigos entrañables: Nancy Cárdenas y Carlos Monsiváis, cuyos aportes abonaron las libertades que México vive actualmente.

Pacheco dijo: Parece mentira que haya pasado casi medio siglo desde la muerte de José Carlos Becerra. Era otro México, era otro mundo, todo se ha ido en la corriente voraz del tiempo. Sin embargo, su obra admirable sigue en pie y cada día es nueva y joven. La fundación que hoy se establece es la mejor manera posible de celebrarlo y de preservar su memoria.

Langagne destacó que las cualidades poéticas de Becerra trascienden las fronteras mexicanas.

Mendoza evocó su gran amistad con Becerra y contó diversos hechos y anécdotas, como que fueron becarios del Centro Méxicano de Escritores, que el poeta había obtenido la beca Guggenheim, que era muy bromista e imitaba la voz de diversos escritores, además de guapo e inteligente, que le gustaban mucho los elotes y se la pasaban en el cine.

Entre los muchos poemas y fragmentos que leyeron Golden y Murray, éste recreó:

Esta noche yo te siento apoyada en la luz de mi lámpara,/ yo te siento acodada en mi corazón;/ un ligero temblor del lado de la noche,/ un silencio traído sin esfuerzo al despertar de los labios.// Siento tus ojos cerrados formando parte de esta luz;/ yo sé que no duermes como no duermen los que se han perdido en el mar,/ los que se hallan tendidos en un claro de la selva más profunda/ sin buscar la estrella polar.

Casi al final, de entre el público pasó al escenario Óscar Chávez, quien leyó Épica.