La sociedad está deprimida por la crisis económica y la violencia, señala especialista
Grave problema de abasto de los productos Anafranil, Ludionil y Tofranil: Mario Mendoza
Jueves 14 de julio de 2011, p. 42
En el tratamiento para controlar la depresión existen cuatro medicamentos que a lo largo de 50 años, por lo menos, han sido el estándar de oro
para el control del padecimiento. Sin embargo, de manera inesperada y sin explicación, tres no se encuentran disponibles en las farmacias privadas. Pareciera que los están sacando del mercado
, señalaron médicos siquiatras y pacientes.
Indicaron que es un problema grave porque se trata de productos cuya eficacia está más que comprobada y sin grandes desventajas respecto de otros de más reciente aparición en el mercado como Prozac, salvo en el precio.
Estas últimas son sensiblemente más caras, por lo que muy pocas personas estarían en condiciones de adquirirlas, sobre todo si se toma en cuenta que las terapias deben seguirse durante varios meses, advirtió Mario Mendoza, siquiatra y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México.
La carencia de los medicamentos Anafranil (Clorimipramina), Tofranil (Imipramina) y Ludiomil (Maprotilina) producidos por el laboratorio farmacéutico Novartis se inició hace varios meses y en las últimas semanas el problema se ha agudizado, pues los pacientes tienen que ir cada vez más lejos a conseguirlo. Las últimas cajas se están terminando
, dijeron algunos usuarios.
El especialista aseguró que ya empiezan a verse pacientes con recaídas a causa de la suspensión de sus tratamientos. Y es que muchos de los enfermos carecen de posibilidades para erogar de mil a 2 mil pesos al mes que implica la compra de otros medicamentos más novedosos.
Es una diferencia grande si se piensa que esto es adicional al costo de la consulta, la que puede ir de 100 pesos a 2 mil por visita, según el médico de que se trate.
Con los medicamentos de la familia de tricíclicos, actualmente con problemas de disponibilidad, los costos mensuales de las terapias oscilan entre 100 y 500 pesos máximo, indicó.
Además, está el tema de que al sustituir las moléculas consideradas de primera línea para la prescripción contra la depresión no necesariamente se obtiene la misma eficacia, a pesar de las inversiones millonarias que los laboratorios farmacéuticos realizaron en el desarrollo de sustancias de la familia de inhibidores de la recaptura de serotonina –donde se encuentra Prozac– y los conocidos como tratamientos duales, entre ellos, Pristiq (Desvenlafaxina) o Cymbalta (Duloxetina), entre otros.
Ayer, el laboratorio Novartis informó que sus productos seguirán en el mercado y que los problemas de abasto se deben a dificultades en el proceso de producción. Aunque no se ofrecieron mayores detalles, Gerardo García Téllez, director de Comunicación y Asuntos Públicos de la firma, calculó que será hasta finales de agosto o principios de septiembre cuando se regularizará la distribución de las medicinas.
El ejecutivo señaló que las tres sustancias en problemas reportan una prescripción muy alta
y aseguró que en el caso de Maprotilina la distribución se mantiene con regularidad.
Mendoza llamó la atención sobre la gravedad del problema de abasto de las fórmulas Anafranil, Ludiomil y Tofranil porque la depresión es cada vez un problema más frecuente por varios factores, entre ellos un incremento real en la prevalencia y un mayor diagnóstico del mal.
Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que la depresión es una de las principales causas de incapacidad y ocupa el cuarto lugar entre las causas de carga mundial de enfermedad para la población en general, aunque entre los individuos de 15 a 44 años está en el segundo sitio como factor de morbilidad.
Indicadores oficiales señalan que en México, de 12 a 20 por ciento de la población de 18 a 65 años de edad está deprimida o lo estará en algún momento de su vida.
Del 3 al 6 de agosto, el 47 congreso de la Asociación Psicoanalítica Internacional
De la Redacción
La sociedad mexicana se encuentra deprimida
por la situación económica y la violencia que impera en el país, aseguró Ricardo Velasco, miembro de la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM). En el contexto de la guerra contra el narcotráfico y las 40 mil muertes que esta estretegia ha producido, el especialista dijo que esta situación ha lastimado y herido el tejido social de México.
Consideró que el duelo por la pérdida de estas personas no ha sido elaborado. Para ello, lo primero que se debe hacer es manifestar que existe, poner nombre a los ciudadanos que han muerto, porque el dolor colectivo frente a las pérdidas combate la indiferencia y la apatía
.
Durante la conferencia de prensa en la que se anunció el 47 Congreso de la Asociación Psicoanalítica Internacional –que se llevará a cabo en la ciudad de México el próximo mes–, Velasco consideró que los movimientos sociales que se están gestando en el país –como el del poeta Javier Sicilia– dan cuenta de que la sociedad mexicana es consciente de que hay posibilidades de acción para no permitir que la situación de violencia generalizada continúe agravándose.
Por otro lado, los especialistas en salud mental subrayaron que en las sociedades contemporáneas en las cuales prevalece la cultura del consumo y las relaciones efímeras, hay dos nuevas patologías que se presentan con mayor frecuencia por el cambio de valores: la depresión y el narcisismo.
La depresión blanca
es la más común, la cual, a diferencia de la depresión melancólica –en la que los sujetos presentan síntomas manifiestos como aislamiento, insomnio y falta de apetito– permite a las personas aparentar que se encuentran bien porque son funcionales: hacen su trabajo, asisten a lugares, pero por dentro sienten un vacío terrible, un sinsentido, lo cual es preocupante porque puede pasar desapercibido para su entorno.
El narcisismo patológico o de muerte es el desorden siquíco que provoca que las personas tengan una autoestima exagerada o, por el contrario, una autopercepción devaluada; ambos son patológicos y no permiten el autoconocimiento del sujeto.
El sicoanálisis es una herramienta para el estudio del impacto sicológico de los fenómenos sociales y médicos que se dan hoy día, ya que tiene la capacidad de indagar en la mente humana para explorar sus procesos desde lo consciente hasta lo más profundo, y trabaja en intercomunicación con otras ciencias como la medicina, la sociología, la política y la filosofía, agregó la doctora Dolores Montilla, organizadora del congreso.
Esta disciplina ha debido adaptarse a la cultura y las condiciones sociales de México y la región latinoamericana por los hechos que han marcado estas sociedades: las crisis económicas, los movimientos sociales. Las técnicas de estas disciplinas han evolucionado con las nuevas formas de pensamiento.
La APM anunció que los trabajos del encuentro internacional se efectuarán del 3 al 6 de agosto en el World Trade Center.
Ruth Axelrod, organizadora del cónclave, dijo que al principio hubo una enorme negativa para que el congreso se efectuara en México debido a la violencia imperante; sin embargo, se busca que la gente conozca las terapias sicológicas como un recurso individual y social, y como herramienta para solucionar el enorme malestar que es violencia.
Los temas centrales a discutir en este encuentro serán los conceptos fundamentales para la sicología: la sexualidad, los sueños y el inconsciente.
(Con información de Itza Varela Huerta)