En su afán de concretar un proyecto innecesario el Gobierno del Distrito Federal (GDF) ha preferido romper el tejido social antes que garantizar el derecho a la participación ciudadana, afirmaron vecinos que se oponen a la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales en la zona de Chimalistac, de la delegación Álvaro Obregón.

La construcción de la planta –que por lo pronto se encuentra suspendida– forma parte del programa integral del rescate de los ríos Magdalena y Eslava. En diciembre pasado, sin haber consultado a los vecinos, las autoridades comenzaron las obras en un terreno de 2 mil 400 metros cuadrados ubicado en avenida Miguel Ángel de Quevedo.

El proyecto empezó mal porque no está consensuado. Ni siquiera nos explicaron de qué se trataba y de un día para otro lo empezaron, refiere Fernando Zárate, coordinador interno del comité ciudadano de Chimalistac.

Tras percatarnos de los trabajos, decidimos abordar a funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente (SMA) del Distrito Federal, a quienes les hicimos ver que el predio no contaba con el uso de suelo correspondiente. Situación que, aseguró, fue reconocida públicamente por la titular de la SMA, Martha Delgado.

“Fue una necedad y torpeza de la secretaria porque, además de incumplir con la ley, intentó fragmentar las colonias, pues se acercó con la coordinadora interna de Copilco El Bajo –Rosa María Mendoza– para ofrecerle programas alimentarios y de desarrollo social, a cambio de que apoyara el proyecto. Trató de generar un conflicto entre vecinos. Es por ello que para nosotros (Delgado) ya no es interlocutora valida”, agregó.

Al respecto, Mendoza señaló que quienes han apostado por la división son los vecinos de Chimalistac, y aunque reconoce que la tala de más de 200 árboles, como parte de los trabajos de construcción de un parque lineal en avenida Paseo del Río –que también forma parte del programa de rescate del río Magdalena, generó el descontento entre los habitantes de Copilco El Bajo, afirma que dicho enojo se debió a la desinformación.

Los de Chimalistac dicen que me compraron, y eso es una difamación. Es gente que no quiere la planta de tratamiento y no se dan cuenta de que son obras que nadie quiere cerca, pero son necesarias para la ciudad, apuntó Mendoza, quien aceptó que las autoridades tampoco consultaron a su comunidad antes de iniciar la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales.

La preocupación de los vecinos que se oponen a la obra es que se construya en un predio ubicado a unos cuantos metros del terreno de Miguel Ángel de Quevedo.