Eran originarios del Edomex y Guerrero
Miércoles 6 de julio de 2011, p. 21
La Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada entregó a sus familiares los cuerpos de dos personas que fueron víctimas de integrantes del cártel de Los Zetas en marzo de este año, y cuyos cadáveres fueron sepultados en fosas clandestinas en el municipio de San Fernando, Tamaulipas. Con ésta ya suman 20 restos entregados a familiares, de un total de 120 que fueron trasladados del estado de Tamaulipas al Distrito Federal.
La Procuraduría General de la República dio a conocer que las víctimas identificadas procedían de Guerrero y el estado de México, y que continúan los trabajos periciales para identificar al resto de las personas asesinadas por Los Zetas cuando viajaban a bordo de autobuses de pasajeros con rumbo al municipio de Reynosa, desde donde buscarían cruzar a Estados Unidos.
Las autoridades federales iniciaron el pasado 2 de abril la investigación por el secuestro de pasajeros de autobuses y ello arrojó que se descubrieran múltiples fosas clandestinas
, en las cuales se localizó un total de 193 cadáveres.
A la fecha, el Ministerio Público Federal ha ejercitado acción penal en contra de 81 personas, todos ellos presuntos integrantes del cártel de Los Zetas, por estos hechos, y actualmente hay dos más sujetos a arraigo.
Los informantes divulgan sus versiones
El pasado primero de julio efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional detuvieron a cuatro integrantes del cártel de Los Zetas en el estado de Veracruz, entre ellos, Abraham Barrios Caporal, Erasmo, uno de los involucrados en la ejecución e inhumación de personas en fosas clandestinas en el municipio de San Fernando.
Barrios Caporal “manifestó (a las autoridades federales) haber participado bajo las órdenes de Salvador Alfonso Martínez Escobedo, La Ardilla, quien fungía como jefe de plaza para el cártel de Los Zetas, y señaló que “el propósito de detener los autobuses que se dirigían a la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, y privar de su libertad a quienes viajaban en esas unidades, era identificar a posibles integrantes del cártel del Golfo, organización rival de Los Zetas”.