El futuro del futbol es femenino, asegura Joseph Blatter
Sábado 2 de julio de 2011, p. a13
Berlín, 1º julio. Los prejuicios sexistas y la incomprensión ante el deseo de una mujer de ser futbolista han sido obstáculos habituales para muchas de las participantes en el Mundial femenino de Alemania, lo que ha forjado su carácter de pioneras en contra de la discriminación.
La mejor jugadora del mundo, la brasileña Marta, y otras estrellas como la alemana Birgit Prinz, la inglesa Kelly Smith o la mexicana Maribel Domínguez, han abordado recientemente los problemas que encontraron y debieron superar para poder vivir su pasión.
Ni la superestrella brasileña Marta se libró en su día de los ataques sexistas por pasar el tiempo libre cuando era niña dando patadas a un balón, pues sus hermanas la encerraban para que no fuera a jugar y ella llegó incluso a vender helados para comprar un uniforme.
En juveniles, un equipo rival femenino, sorprendido por el talento de Marta, llegó a pedirle en el descanso que se desnudara para comprobar que no era un hombre, porque no creían que una mujer pudiera hacerlo tan bien.
Cinco premios a la mejor jugadora del mundo por parte de la FIFA, dos platas olímpicas, un subcampeonato mundial con Brasil y ser la primera mujer en el Salón de la Fama de Maracaná acreditan que Marta, años después, cumplió su sueño y derribó barreras hasta entonces insuperables.
Su gran rival en los años recientes, la alemana Birgit Prinz, también se sintió discriminada e incomprendida
, pues a menudo era increpada en los campos con gritos de macho.
La estrella de las inglesas, Kelly Smith, quien recientemente admitió haber sido alcohólica, explicó que también sufrió rechazo y obstáculos en su país, hasta que llegó al soccer de Estados Unidos, donde es una celebridad y pudo desarrollar su carrera.
En México, Marigol tuvo que hacerse pasar por un niño en su infancia y rebautizarse como Mario para poder jugar con sus compañeros, hasta que fue descubierta y apartada del equipo.
En el tema económico a las mujeres no les va mejor. Un jugador de la Bundesliga puede ganar millones, mientras el sueldo medio de las 25 mejores futbolistas alemanas es de unos 4 mil euros al mes
, según Josef Hackforth, directivo de la Munich Business School.
Cuando en 1989 la selección alemana ganó la Eurocopa femenina, las jugadoras recibieron como premio un juego de café y una tabla de planchar.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, está seguro de que el futuro del futbol es femenino
y prometió destinar más fondos en premios. En el actual Mundial la FIFA ofreció 7.6 millones de dólares.
Y mientras la Federación Alemana prometió hasta 300 mil euros a cada jugador en el Mundial de 2006, las mujeres tienen que darse por satisfechas con 60 mil este año.
La FIFA quiere que esta Copa del Mundo suponga un antes y un después para las futbolistas y reafirmó antes del torneo su deseo de contribuir a mejorar la situación de la mujer en la sociedad
.