Economía
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Ministros se comprometen a mejorar la producción y productividad del sector

Acuerda el G-20 enfrentar la volatilidad de precios agrícolas y las crisis de alimentos

Dejaron de lado el tema de los biocombustibles, en buena parte causantes de la carestía

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El ministro de Agricultura de Francia, Bruno Le Maire (izquierda); el secretario del ramo de Estados Unidos, Tom Vilsack, y el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, en la conferencia de prensa que ofrecieron en París, donde se dieron a conocer los acuerdos logrados por los ministros del sector de los países que integran el G-20Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 24 de junio de 2011, p. 29

Los ministros de agricultura de las 20 economías más poderosas del planeta adoptaron en París un plan de acción para luchar contra los abusos del mercado y las manipulaciones crecientes, la volatilidad de los precios agrícolas y para evitar futuras crisis alimentarias.

Las clases marginadas se han visto afectadas en los últimos años por incremento en los precios de los alimentos, por lo que los ministros se comprometieron a mejorar la producción y la productividad agrícola, sector que deberá alimentar a 9 mil millones de personas en 2050, para lo que habrá que aumentar 70 por ciento la producción actual, sin talar más árboles para ello.

Reconocieron que el problema de la seguridad alimentaria, tras las crisis de 2007 y 2008, no está resuelto, como demuestra el aumento de productos primarios como el trigo y el maíz, el cual ha doblado su precio en siete meses.

El plan de acción adoptado por los ministros, que tiene 26 páginas, se sostiene en cinco pilares: mejorar la información y la transparencia de los mercados, una coordinación política internacional para evitar las crisis alimentarias, reducir los efectos de la volatilidad en los precios para los más vulnerables y regular los mercados financieros agrícolas.

El Banco Mundial estima que 44 millones de personas han integrado las filas de la pobreza en el segundo semestre de 2010, debido a la carestía de los precios de los alimentos. En total, 900 millones de personas padecen desnutrición y esto sólo puede empeorar si no se decide un remedio, ya que para 2050 el planeta tendrá más de 9 mil millones de bocas que alimentar.

Los ministros de Agricultura del G-20 dejaron de lado temas espinosos como los biocombustibles, elaborados con maíz o caña de azúcar, que en buena parte son los causantes de la penuria y la carestía de los alimentos, como denuncian las ONG.

El secretario mexicano del ramo, Francisco Javier Mayorga, lamentó que el problema de los biocombustibles fabricados con alimentos no se expresó con toda su fuerza en el plan de acción que adoptaron los ministros de Agricultura del G-20.

El Instituto de Investigación de Políticas Internacionales de Alimentación aseguró que si bien esta reunión histórica ha sido un paso importante para luchar contra la volatilidad de los precios y asistir a la población más vulnerable, han quedado muchos puntos fuera del acuerdo.

Entre ellos, poner coto a la expansión de los biocombustibles con base en el maíz, aceite vegetal y otros granos, mediante la supresión de subsidios y reformar políticas para acabar con la competencia entre los alimentos y los combustibles. Además planteó eliminar las restricciones al comercio de los productos primarios agrícolas, como prohibir la exportación, fijar aranceles y barreras no arancelarias. También propuso y proporcionar redes de seguridad para los más pobres, en particular mujeres y niños.

Un mercado sin reglas no es un mercado, sino una lotería, en la que la fortuna sonríe a los más cínicos, afirmó el presidente francés Nicolás Sarkozy, quien ha hecho de la agricultura uno de los principales caballos de batalla de la presidencia de Francia del G-20.

Las organizaciones no gubernamentales lamentaron que el G-20 se hayan quedado corto en lo que ha sido calificado como acuerdo histórico para luchar contra la volatilidad de los precios agrícolas y de los alimentos.

Para Oxfam, reparar el sistema alimentario mundial y poner fin a la crisis de precios necesita una intervención quirúrgica más importante de lo que han acordado los ministros de Agricultura del G-20, que se parece más a una cataplasma en una pierna de madera.

Para la organización francesa Solidaridad, Urgencia y Desarrollo, los ministros han pospuesto sus decisiones con excepción de las que favorecen los intereses de las empresas agroalimentarias y los actores financieros.

El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, aseguró que el acuerdo no va a impedir las variaciones de precios, pero éstas serán más suaves.

Sobre la transparencia de las reservas, punto delicado para India y China, que consideran que estas informaciones son estratégicas, el G-20 se limitará a establecer un sistema de informaciones sobre los mercados, bautizado como AMIS, que estará bajo el control de la FAO.

Es la primera vez que la agricultura entra en la agenda del Grupo de los 20, que reúne a las economías desarrolladas y emergentes más poderosas del planeta, las cuales representan 77 por ciento de la producción mundial de cereales y 80 por ciento del comercio mundial de productos agrícolas.