Califica a Gran Bretaña de potencia en decadencia
Viernes 17 de junio de 2011, p. 30
Buenos Aires, 16 de junio. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dijo hoy que sólo la arrogancia puede hacer creer que se puede poner un punto final a la historia
en referencia a la declaración del primer ministro británico, David Cameron, quien desestimó negociar la soberanía de las Islas Malvinas y la frase utilizada por el premier, admitiendo que no acepta las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas sobre el tema.
La mandataria reclamó el derecho de Argentina sobre la soberanía de las islas Malvinas y calificó a Gran Bretaña como una potencia en decadencia
que acude a un gesto de mediocridad, casi de estupidez
al hacer esta declaración rechazada por la mayoría de los sectores del país.
Los argentinos nunca creímos en puntos finales en derechos humanos y no lo vamos a hacer en derechos soberanos
, dijo.
Además, consideró a Inglaterra un imperio en decadencia
, y aseguró que la Argentina avanzará en el marco de la paz y el derecho internacional
.
La mandataria advirtió que el reclamo argentino se extenderá a todos los foros y que continuará reclamando incansablemente no sólo esa soberanía sino que se sienten a dialogar y negociar como lo marca la resolución de Naciones Unidas. Vamos a hacerlo en todos los foros
, calificando al colonialismo como antiguo e injusto
.
Camerón reaccionó duramente al enterarse de que el ciudadano británico James Peck, quien vive en Buenos Aires y tiene dos hijos argentinos, solicitó y se le adjudicó la ciudadanía argentina. Peck es hijo de un oficial británico que combatió en Las Malvinas en 1982, cuando Argentina, bajo la última dictadura militar intentó recuperar las islas.
La respuesta de Gran Bretaña fue el envió de su flota, con apoyo logístico de Estados Unidos y de la dictadura de Augusto Pinochet. Fue un enfrentamiento dispar y cruel, en el que murieron 649 soldados argentinos y casi 300 británicos. Pero a partir de ese momento comenzó un proceso de afianzamiento británico sobre las islas Malvinas, incumpliendo las resoluciones de Naciones Unidas, instalando una base estratégica, la de Mount Pleasant, en la isla Soledad y duplicando el personal militar la población de las islas, ocupadas colonialmente desde 1833.
El primer ministro inglés también respondió duramente al reclamo de Argentina, que exigió durante reciente visita del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a Buenos Aires, que Gran Bretaña acatara la resolución de ese organismo y se sentara a negociar.
Anoche, la cancillería, había deplorado en un comunicado las declaraciones de Cameron, y las consideró un lamentable acto de arrogancia
. “El Reino Unido se adjudica la autoridad de poner ‘fin a la historia’ acerca de una disputa de soberanía, reconocida por las Naciones Unidas y aún pendiente de solución”.
Agregando que esta posición se suma al permanente desprecio del gobierno británico al reiterado mandato de Naciones Unidas y a los múltiples llamados de la comunidad internacional, instando a la Argentina y al Reino Unido a reanudar las negociaciones a fin de alcanzar una solución a la disputa de soberanía concerniente a la Cuestión Malvinas.