El plan de trabajo del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) para los próximos cuatro años, en los que estará al frente de este organismo Carlos Aguiar Retes, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), se centrará en lograr que las iglesias católicas de los 22 países que lo conforman, sin apartarse de su misión, se adecuen al cambio de época y sepan responder a la necesidades que éste impone.

También trabajará fuertemente en promover el respeto al derecho a la vida y a la dignidad humana, pues una de las causas del alza de la violencia radica en la falta de conciencia del valor de la vida, señaló Aguiar Retes, quien desglosó algunas de las prioridades que tendrá en la presidencia del organismo fundado en 1955.

En este sentido, el también arzobispo de Tlalnepantla apuntó que conforme a lo establecido en la quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, realizada en mayo de 2007 en Aparecida, Brasil, que fue inaugurada por el papa Benedicto XVI, el Celam hará esfuerzos para acercar a todos aquellos que se han alejado de la Iglesia.

No solamente nos preocuparemos de quienes acuden a nosotros, sino que la Iglesia pueda tener una capacidad de gestión para ir hacia quienes no acuden a nosotros, pero que son bautizados, son nuestros feligreses, y que por confusiones o ambigüedades propias de nuestro tiempo ya no sienten esta identidad tan fuerte con la institución religiosa y las prácticas del credo.

Tras señalar que para él es un honor servir como presidente del Celam, que es una instancia de servicio a las 22 conferencias episcopales de Latinoamérica y el Caribe, indicó que el plan de labores del organismo para este cuatrienio se desprende de las necesidades que los obispos presidentes de las citadas conferencias y delegados expusieron durante la reunión ordinaria del Celam de Montevideo, Uruguay, en la que el 18 de mayo pasado Aguiar Retes fue elegido presidente.

Los obispos Carlos Aguiar y Víctor René Rodríguez, a su llegada a la nunciatura apostólica para reunirse con Christophe PierreFoto Guillermo Sologuren

En el contexto de lo que fue la 91 asamblea plenaria de la CEM –la que concluyó el viernes–, indicó que el primer gran desafío que tenemos es ante la fractura cultural del modelo de cristiandad, y añadió que la Iglesia lo debe “afrontar con una capacidad de diálogo para que sus valores y el gran patrimonio histórico que tienen nuestros pueblos no se pierda y sea aprovechado como la levadura de la nueva civilización que se está gestando.

Este es el gran desafío de afrontar lo que los obispos hemos llamado el cambio de época, fractura y crisis cultural o nueva civilización. En este sentido los demás proyectos van a ir muy de la mano de esta reflexión sobre el momento actual.

Sobre el derecho a la vida, dijo que el trabajo se apoyará en lo que ya hemos hecho en México y añadió que se dará a conocer con claridad en qué consiste el derecho a la vida, el pricipal don que hemos recibido, así como la dignidad nuestra como persona. Aprovechó para subrayar que la violencia que vivimos en el país se debe a la falta de conciencia del valor de la vida.

Indicó que en la línea pastoral de Aparecida se consolidará la misión continental y se hará hincapié en que los bautizados sean coherentes con su fe y misionen transmitiendo el testimonio de que Dios nos ama.