Dirigentes de organizaciones campesinas coincidieron en señalar que México carece de autonomía alimentaria, toda vez que importa una cantidad considerable de productos de consumo básico, como leche, maíz y trigo. Max Agustín Correa, secretario general de la Central Campesina Cardenista, señaló que está claro que México ha perdido su soberanía alimentaria, ya que tiene un alto déficit de alimentos para abastecer cabalmente a su población.

El dirigente sostuvo que hay que reconocer que tenemos una pérdida de nuestra seguridad alimentaria cuando hay casi 20 millones de mexicanos que viven en condición de pobreza.

Correa aseveró que se tiene registro de la importación del 99 por ciento de leche en polvo; 60 por ciento de carne de res, 80 por ciento de arroz, 90 por ciento de oleaginosas, 25 por ciento de maíz y 35 por ciento de sorgo.

Por su parte, José Jacobo Femat, líder de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares, apuntó que hace falta un sistema de producción que permita garantizar el abasto de alimentos suficientes en el país, el cual no se ha puesto en marcha debido a “los compromisos que se han establecido con las grandes importadoras de alimentos.

“Ha sido –dijo– un negocio protegido que ha impedido que nuestro país cuente con una política autónoma para la producción de alimentos.”

Advirtió que a los 14 millones de toneladas de granos que se importan, se sumarán este año 3 millones de toneladas más debido a las condiciones climatológicas que afectaron la producción.

Información del Banco de México difundida por este diario reportó que la importación de alimentos se elevó durante la presente administración, lo cual implicó un incremento de poco más de 77 por ciento en los pagos hechos por la compra en el extranjero de productos agropecuarios con respecto al gobierno anterior.

Datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación refieren que el principal proveedor de México en maíz y arroz es Estados Unidos.

En el caso de la carne de res, la tasa de crecimiento anual fue de 1.4 por ciento, siendo los principales proveedores Estados Unidos y Canadá.

Las importaciones de leche de bovino durante la década de 2000 a 2009 tuvieron una tasa media anual de crecimiento de casi 10 por ciento, según la dependencia.