Ante el fracaso de los gobiernos del PAN, la izquierda debería alzarse con una fuerza inusitada, pero no es así; mucha gente está mirando al PRI como solución y el proceso de unidad de las fuerzas progresistas vive su peor momento en 30 años, advirtió el senador Pablo Gómez.

Calificó al PRD de partido informe cuyos grupos de dirección se dedican a administrar una franquicia electoral, donde la triquiñuela se ha hecho costumbre, en la medida en que nada importa como no sea alcanzar puestos y candidaturas.

Destacó que cada vez más personas de izquierda abandonan las filas del PRD y durante los comicios votan en blanco o no lo hacen, porque no creen en lo que dicen los gobernantes y legisladores del partido.

Al participar en la Asamblea Nacional de Dirigentes Perredistas, recalcó que la izquierda en general, y el PRD en particular, están en riesgo de que la división de hecho que enfrenta se formalice y no parece que el solo acuerdo entre los dos candidatos presidenciales pudiera resolver el problema.

Consideró urgente que los integrantes del PRD acudan a las urnas para elegir dirigentes, ya que no lo hacen desde hace tres años y tal como se observa la situación interna, el lapso podría duplicarse, lo cual no sólo sería una violación a los estatutos sino una afrenta a principios democráticos básicos.

Ante representantes de siete corrientes perredistas, Gómez Álvarez señaló que se requiere de un debate a fondo sobre las tareas de la izquierda en el momento actual, de su propuesta política, sus convocatorias, sus compromisos y lineamientos.

Eso es lo que debe abrirse y lo que deben lograr las corrientes verdaderamente unitarias que existen en la izquierda.

Durante la asamblea, a la que concurrieron representantes de Democracia Social (DS), Izquierda Social (IS), Frente Amplio Revolucionario (FARS), Grupo de Acción Política (GAP), Redir-MLN, Cívicos, Unidad Patriótica y la Red por la Unidad de las Izquierdas (Runi-Uni), antes denominadas G-8, se resolvió acudir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para garantizar la renovación integral de las instancias de dirección y sus órganos autónomos.

Las siete corrientes perredistas acordaron realizar un congreso en octubre próximo para constituirse en movimiento nacional y, en el largo plazo, avanzar hacia la formación de un nuevo partido de las izquierdas mexicanas.

Reconocieron la aportación del Movimiento Regeneración Nacional y acordaron reorganizarse para apoyar la candidatura de Alejandro Encinas a la gubernatura del estado de México.

Siete de las corrientes que integraban el G-8 formalizaron la separación de Izquierda Democrática Nacional (IDN) por el reingreso a ese grupo de René Bejarano y otras diferencias de fondo, explicó a la asamblea Gilberto Ensástiga, de Runi-Uni

En el documento base de discusión se advierte que en el PRD se abre una nueva etapa en la que las dos corrientes mayoritarias disputan el control del aparato del partido, la distribución de los recursos y hasta la presencia en medios, en referencia a Los Chuchos, Nueva Izquierda y a IDN, de Dolores Padierna.

Ensástiga comentó que no romperán con ninguna corriente del PRD, pero orgánicamente no es posible mantener al G-8 por las diferencias con IDN, por el agandalle en que han incurrido y porque cuando les conviene apoyan las alianzas con el PAN.