Bogotá, 4 de junio. El ejército colombiano dio muerte ayer al guerrillero Alirio Rojas Bocanegra (El Abuelo), encargado de la seguridad del máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Guillermo León Sáenz (Alfonso Cano), en combates en una zona rural de la localidad andina de Rioblanco, Tolima.

El presidente Juan Manuel Santos confirmó que el jefe de seguridad del máximo líder de las FARC fue abatido el viernes por la tarde junto con otros dos rebeldes identificados como Rubén, responsable de la emisora Voces de la Resistencia, y Laura, una radioperadora, en un ataque en una zona montañosa en el centro-oeste del país.

Calificó este resultado como emblemático porque la acción se cumplió en la región donde hace 47 años se fundó esa guerrilla.

Felicito a las fuerzas armadas por este golpe tan importante, dijo el mandatario, y recordó que El Abuelo había remplazado en esas tareas de seguridad a Arquímedes Muñoz (Jerónimo Galeano), quien fue abatido por el ejército el pasado 20 de marzo.

O sea que al comando central de las FARC se le está dando en forma sistemática. Cabecilla que ponen, cabecilla que damos de baja, subrayó el gobernante.

Santos dijo que este hecho se suma a la captura en Venezuela de Julián Conrado, quien fue miembro de la delegación de las FARC que participó en el fracasado proceso de paz durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002).

Ahí le dimos un golpe fuerte a las FARC y de nuevo quiero agradecerle al presidente Hugo Chávez y al gobierno venezolano, agregó.

El ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, dijo que la zona de la acción militar contra El Abuelo es de difícil acceso y que eso sirve para demostrar que ni las altas montañas sirven de refugio.

Dos militares tuvieron que ser atendidos por hipotermia, pues los rebedes estaban en un páramo.

En la llamada Operación Mercurio las tropas incautaron seis fusiles automáticos, tres computadoras portátiles y varios radios de comunicación. Además, un menor de 16 años fue capturado herido.

Según Rivera, el rebelde abatido tenía a su cargo 16 células de las FARC encargadas de proteger a Cano, quien se mueve por una extensa zona de la cordillera andina que comprende territorios de Tolima, Cauca y Valle del Cauca.