Faltan campañas masivas de prevención, señalan expertos
Sábado 4 de junio de 2011, p. 9
Guanajuato, Gto., 3 de junio. Sólo la mitad de la población percibe que la adicción a las drogas es una enfermedad, ya que apenas una tercera parte de los afectados acude a tratamiento y de éstos, entre 40 y 60 por ciento sufre recaídas, mientras un tercio de los pacientes se mantiene con una mejoría notable en los dos a tres años posteriores a la terapia, advirtieron especialistas de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic).
Señalaron que la problemática es compleja e intervienen múltiples factores, algunos de los cuales apenas empiezan a atenderse, y aunque la prevención de las adicciones y reducción de la demanda de drogas está entre los programas prioritarios del sector salud, no ha habido campañas masivas de comunicación.
El único trabajo sólido en tratamiento y rehabilitación es el que desde hace 40 años realizan los Centros de Integración Juvenil (CIJ), y más recientemente los 323 Centros Nueva Vida, construidos con parte del dinero que el gobierno federal decomisó al empresario chino Zhenli Ye Gon.
Durante el taller sobre adicciones organizado por el Conadic en esta ciudad, también se informó que con la incorporación al Seguro Popular de la atención a la dependencia de enervantes, los centros tendrán que aprobar la acreditación de calidad de sus servicios, y a la fecha 110 lo han logrado.
Respecto al presupuesto disponible para este rubro, el titular de Conadic, Carlos Tena Tamayo, señaló que las acciones dependen de los recursos que destinen las entidades federativas a ese fin, aunque una parte es asignación federal y otra dinero que la Secretaría de Hacienda transfiere al Conadic, producto de los decomisos al narcotráfico.
De enero a la fecha, el organismo dependiente de la Secretaría de Salud (Ssa) ha recibido 4 millones de pesos –equivalente a la tercera parte de lo obtenido por los decomisos a la delincuencia organizada–, con los que se financiará la campaña de difusión para la estrategia Cero tolerancia al alcohol para menores de edad y la compra de algunos vehículos para Centros Nueva Vida, informó el funcionario.
Destacó que desde 2006 se han invertido 4 mil 700 millones en prevención, tratamiento y rehabilitación de las adicciones, el doble de lo gastado en el sexenio pasado, pero incluye el dinero incautado a las bandas del crimen.
En este año, la recién creada Conadic dispone de 29 millones de pesos para sus labores de diseño de políticas públicas y rectoría de los programas, y Cenadic cuenta con 220 millones, de los que 80 por ciento se transfiere a los estados, explicó Celina Alvear, directora del Centro Nacional para la Prevención y Atención de las Adicciones (Cenadic). Al consejo le corresponde vigilar que los recursos se apliquen a esta área.
Sobre el bajo índice de rehabilitación de los adictos a alguna droga ilegal, Mario González, coordinador de operación del Conadic con instituciones académicas y de investigación, explicó que se debe a varias causas, principalmente a que se trata de enfermedades crónicas incurables. También influye el nivel de daño que haya sufrido el cerebro por la exposición a sustancias sicotrópicas, la susceptibilidad genética de cada individuo, el apoyo familiar con que cuente y las situaciones socioeconómicas, generalmente adversas, que enfrente.
Indicó que en el caso de los menores de edad, donde se ha observado el mayor incremento en el consumo, las consecuencias son más graves, porque se afecta el desarrollo del sistema nervioso central, el cual termina hasta los 21 años de edad.
El especialista detalló que las partes involucradas con las emociones, la atención, el control de impulsos y la capacidad de tomar decisiones son las primeras que se dañan con los enervantes, y en muchos casos, de manera irreversible. Por eso –dijo–, en Estados Unidos la mayoría de edad es a partir de los 21 años.
Otro de los asuntos pendientes es el cumplimiento de la norma oficial mexicana (NOM) 028 sobre la prevención y tratamiento de adicciones, que no observa la mayoría de los mil 519 centros residenciales. De éstos, mil 281 son grupos de ayuda mutua.
Se requiere que cuente, entre otros, con manuales de procedimientos y guías de referencia, explicó Celina Alvear.
Aunque otra parte del reto tiene que ver con la existencia de sitios donde clandestinamente se ofrecen supuestos tratamientos, los cuales incumplen la norma y son violatorios de los derechos humanos.
El nivel de uso de drogas ilícitas todavía es bajo en el país –existen 450 mil adictos–, pero preocupa la tendencia al alza detectada en la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, sobre todo en mariguana, cocaína e inhalables, así como la cada vez mayor presencia de sustancias como crack y heroína, indicó Tena Tamayo.