Lima, 3 de junio. Los peruanos abrieron este viernes por la noche un periodo de reflexión de 36 horas previo a la elección presidencial del próximo domingo, cuando tendrán que elegir entre la derechista Keiko Fujimori y el nacionalista de izquierda Ollanta Humala.

La noche del jueves, los candidatos cerraron sus respectivas campañas proselitistas en grandes plazas del centro de Lima, ante miles de seguidores.

Humala pidió a los ciudadanos no tenerle miedo al cambio y llamó a apoyar un proyecto de gobierno que busca reducir la brecha de la desigualdad, combatir la discriminación contra los indígenas y, sobre todo, fortalecer el nacionalismo, porque la patria no se vende, se defiende.

No podemos continuar diciendo que Perú avanza cuando se genera mayor desigualdad, dijo Humala en alusión a la política económica seguida durante el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) y continuada por el actual mandatario Alan García (2006-2011), quien intensificó la liberalización de la economía con el fin de atraer mayores inversiones extranjeras al país.

Humala ofreció durante su campaña crear un programa universal de pensiones para los mayores de 65 años de edad y becas escolares para apoyar los estudios de jóvenes mayores de 18 años. También se comprometió a construir ductos de agua potable y desagüe en las zonas donde viven la gente pobre, que son la mayoría de la población, según expertos.

De su lado, Keiko Fujimori, hija del ex mandatario preso Alberto Fujimori, dijo que su candidatura representa también un cambio, pero con un futuro seguro.

Pidió su apoyo a los electores indecisos –20 por ciento de 19 millones 900 mil electores, según sondeos de opinión–, porque somos una propuesta de cambio con responsabilidad, seguro y confiable, pero también representamos un sentimiento popular, una forma de hacer política en el campo y no desde los escritorios.

Los candidatos llegan a los comicios con un empate técnico en las tendencias de la votación, según diversas encuestas.

Ninguno de los candidatos ha denunciado posibilidades de fraude y según las delegaciones de observadores electorales de la Organización de Estados Americanos y la Unión Europea, ni la legislación ni las instituciones electorales podrían servir en beneficio de alguno de los dos aspirantes a la presidencia del país sudamericano.