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Reportan siete muertos; también lesionados, el primer ministro y legisladores, entre otros

Herido, el presidente de Yemen durante un ataque a su palacio

Culpa el mandatario a los simpatizantes del jeque Sadek Ahmar de la agresión

En represalia, fuerzas de Saleh bombardean residencias del líder y de sus familiares

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En Saná, manifestantes trasladan los cuerpos de combatientes leales al jefe tribal Sheik Sadiq al Ahmar, quienes fallecieron durante enfrentamientos contra las fuerzas armadasFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de junio de 2011, p. 19

Saná, 3 de junio. El mandatario yemení, Alí Abdulá Saleh, resultó herido hoy durante un ataque con obuses contra el palacio presidencial en esta capital; aseguró que se encuentra bien en un mensaje de audio, después de varias horas de incertidumbre sobre su estado de salud, en momentos en que se recrudece la situación política y social en el país árabe, donde un movimiento popular pide desde enero pasado la dimisión del gobernante, quien lleva más de 30 años en el poder.

Estoy bien, estoy con buena salud, afirmó el jefe de Estado en su mensaje, difundido por la televisión estatal, en el cual explicó que el bombardeo de la mezquita del palacio presidencial dejó siete muertos.

De acuerdo con un responsable del partido gubernamental, Saleh resultó herido levemente en la cabeza.

El mandatario acusó a los hijos de Ahmar, en referencia al jeque Sadek Ahmar y sus seguidores, y llamó a las fuerzas armadas a limpiar las instituciones del Estado de esas bandas.

La televisión estatal desmintió la información de la muerte del presidente que dio el canal Suheil, controlado por la tribu de los Hashed.

En el ataque contra el palacio presidencial, además de Saleh, también resultaron lesionados altos responsables yemeníes, entre ellos el primer ministro, Alí Mohamed Mujawar; los presidentes de la Cámara de Diputados, Yahia Rai, y del Consejo Consultivo, Abdel Aziz Abdel Ghani, así como el consejero de prensa del mandatario, Abdo Burji.

Al gobernador de Saná, Nooman Duik, le tuvieron que amputar un brazo y una pierna por las heridas.

La respuesta

En respuesta, las tropas de Saleh bombardearon la residencia del jeque Hamid Ahmar, hermano del jefe tribal de los Hashed, Sadek, cuyos seguidores se enfrentan violentamente contra el ejército desde hace 10 días, después de que su jefe se unió al movimiento de protesta contra el régimen yemení.

La guardia republicana, cuerpo de élite del ejército, también bombardeó las residencias de otros dos hermanos de SadekAhmar y la del general disidente Alí Mohsen Ahmar en respuesta a los tiros de obuses contra el palacio presidencial, declaró el vocero del partido gubernamental, Tarek Chami.

Sin embargo, Ahmar rechazó las acusaciones y aseguró que Saleh fue el instigador del ataque al palacio presidencial para provocar una guerra civil.

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El mandatario Alí Abdulá Saleh, lastimado levementeFoto Reuters

La noche del viernes, Saná, la capital yemení, ofrecía una imagen fantasmagórica, inmersa en la oscuridad por un corte de luz y un importante despliegue de las fuerzas de seguridad.

Según analistas, Yemen avanzó esta semana hacia una guerra civil, con combates entre las fuerzas de la confederación tribal Hashed y las tropas aún leales a Saleh en la capital y el resto del país. Más de 370 personas han muerto, al menos 155 en los últimos 10 días.

Desafiando la presión internacional, Saleh se ha negado tres veces a firmar un acuerdo de transición mediado por sus vecinos del golfo Pérsico, que contempla su dimisión a cambio de inmunidad judicial.

La Casa Blanca condenó los actos de violencia sin sentido en Yemen, incluido el ataque contra el palacio presidencial en Saná, según un comunicado.

Francia y Gran Bretaña volvieron a reclamar la salida de Saleh y pidieron a sus ciudadanos en Yemen que abandonen el país.

La Unión Europea activó un mecanismo con el objetivo de ayudar y coordinar el desalojo de todos los ciudadanos europeos residentes en Yemen y que quieran abandonar la nación.

En la sureña ciudad de Taez, al menos cuatro militares y dos manifestantes perdieron la vida el viernes, cuando los soldados se enfrentaron a los manifestantes que intentaban marchar hacia la Plaza de la Libertad. En este lugar, el lunes pasado, una manifestación fue dispersada por la fuerza, con saldo de más de 50 muertos.

El baño de sangre en Yemen ha eclipsado al movimiento pro democracia, principalmente pacífico, inspirado en las exitosas revueltas en Túnez y Egipto, que desde enero pide la renuncia de Saleh, quien lleva 33 años en el poder.

Yemen está envuelto en múltiples conflictos, con protestas callejeras entre grupos tribales y fuerzas de Saleh en Saná, levantamientos populares en todo el país y combates contra la red Al Qaeda en la península Arábiga y otros militantes islámicos que tomaron el control de la ciudad costera de Zinjibar.

Un factor constante es la extendida pobreza en Yemen. Los empleos y la comida escasean, la corrupción está por todos lados y 40 por ciento de los 23 millones de habitantes viven con menos de dos dólares diarios.