Acuerda venta de primera mano a Onexpo
Sábado 4 de junio de 2011, p. 25
Petróleos Mexicanos (Pemex) registró un rendimiento neto de 4 mil 207 millones de pesos en el primer trimestre del año, casi 200 por ciento superior al rendimiento obtenido en el mismo periodo del año anterior.
Así lo informó ayer viernes el director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, al presentar al Consejo de Administración de la empresa el primer informe operativo y financiero trimestral del año, de acuerdo con lo estipulado en el artículo 87 del Reglamento de la Ley de Petróleos Mexicanos.
El informe destaca que el rendimiento de operación aumentó 22 por ciento al ubicarse en 192 mil 228 millones de pesos, en tanto los gastos generales tuvieron una disminución de 2.8 por ciento con respecto al primer trimestre de 2011.
El costo de ventas se incrementó 17 por ciento, es decir, 18 mil millones de pesos, básicamente debido a variaciones originadas por mayores precios promedio de las mercancías para reventas.
Por otro lado, precisa que la producción de crudo se ha mantenido estable al registrar, de enero a marzo, un volumen promedio de 2 millones 572 mil barriles diarios.
En cuanto al ámbito de seguridad industrial, el informe puntualiza que la ocurrencia de fugas y derrames en el sistema de transporte por ductos presentó una disminución de 47 por ciento en el trimestre.
Por otra parte, Pemex Refinación y los miembros del Comité Ejecutivo de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo) suscribieron ayer viernes los primeros contratos iniciales de venta de primera mano de productos petrolíferos, que permitirán crear un mercado paralelo de petrolíferos, que se harán extensivos a los propietarios de las más de nueve mil 600 estaciones de servicio en operación, así como a casi 500 distribuidores y clientes directos.
Con ello se valida una figura de intermediario que fue ampliamente cuestionada por algunos legisladores, quienes interpusieron una controversia constitucional en diciembre de 2010, al argumentar que la medida abre la puerta para que empresas privadas –nacionales y extranjeras– almacenen, distribuyan y transporten gasolinas y otros productos del petróleo.
De esta manera, el gobierno federal continúa impulsando en Pemex su proceso forzado de apertura al sector privado nacional y extranjero en áreas que son consideradas por mandato constitucional reservadas al Estado.