Dallas, 3 de junio. LeBron James y sus compañeros de aventura en el Heat, Dwyane Wade y Chris Bosh, llegaron a Dallas con el ego lastimado, tras la humillante derrota sufrida el jueves en Miami ante Mavericks, en la final por el título 2010-2011 de la NBA.

Con la serie empatada 1-1, tras una victoria en el primer choque (92-84), el equipo de Florida arribó a Texas para disputar allí tres encuentros claves el domingo, martes y jueves.

El ganador se lo lleva todo, expresó James con una expresión más seria de los habitual. Cuando parecía que tenían en su bolsillo el segundo triunfo de la serie al mejor de siete choques, los del Heat vieron como se les desinflaba el globo de la celebración a pinchazos limpios de la estrella de Dallas, el centro alemán Dirk Nowitzki, quien anotó 15 puntos en el juego que terminó 95-93.

Obviamente esto duele. Tenemos dos días para pensar en nuestros errores y en cómo desperdiciamos una ventaja de 15 puntos, admitió Wade, el mejor canastero de la ofensiva de Miami. Nosotros mismos nos la pusimos más difícil. Vamos a ver de que estamos hechos como equipo, subrayó, y calificó el momento como sólo una crisis mental.

El lastimado orgullo de las bien pagadas superestrellas sufrió otro pinchazo cuando camino al hotel donde se hospedarán en Dallas les dio la bienvenida un gigantesco cartel con el equipo de Mavericks en pleno y su estrella Dirk Nowitzki al frente.

La inmensa foto, con la leyenda Aquí estamos, se erigió allí como claro desafío a los llamados Tres Reyes.