Las asociaciones vecinales no estamos en contra de nuevas inversiones, porque los empresarios están arriesgando su dinero, pero que impulsen proyectos conforme a la normatividad, la cual plantea desarrollos en Las Lomas de seis niveles y en zonas de Polanco, de 10 en promedio, afirmó Giulliano Lopresti, integrante de la asociación Vecinos de Polanco contra la Corrupción.

El proyecto de construcción de la Torre Pedregal 24 es bueno, pero debe someterse al programa parcial de desarrollo y tratar cualquier cambio con las agrupaciones vecinales. Hasta ahora los trabajos están detenidos mientras se concluye el estudio de movilidad para la zona, a fin de dar salida a cientos de vehículos diarios que traería, señaló.

No se trata de un capricho vecinal impedir el desarrollo de las obras, sino de cuidar nuestro patrimonio, que se devalúa con grandes construcciones, porque nos pega en el suministro de agua y energía eléctrica, trae más tráfico y altera aún más la vida de los habitantes. Grupo Dahnos plantea una reducción en su consumo de agua y un cableado independiente de luz, así como una reducción de cajones de estacionamiento, pero se necesita plasmarlo en un documento para que se cumpla, argumentó.

La experiencia en el desarrollo de otros proyectos nos ha mostrado que los inversionistas se ponen de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda y la delegación Miguel Hidalgo para llevar a cabo obras que van en detrimento de nosotros, encontrando el hilito legal para concluirlas, mediante la promoción de amparos, afirmó.

Cabe señalar que Pedregal 24 es el primera obra de Grupo Danhos que obtiene licencias en esta administración y cuenta con un amparo promovido y ganado por Carlos Porraz Ortiz, quien le vendió el terreno en 2007, cuando el Poder Judicial ordenó se le otorgue el uso de suelo solicitado de vivienda, comercio, oficinas, servicios y hotel en 60 mil metros cuadrados de construcción y 25 pisos de altura.

En tanto, en Coyoacán una veintena de vecinos del Barrio de la Conchita bloquearon de manera intermitente la calle Fernández Leal por más de una hora para exigir la cancelación de un proyecto en el número 43 de esa vialidad, por presuntas violaciones de uso de suelo y empeoramiento del tráfico vehicular y el entorno.

La obra del Centro Cultural Elena Garro –que constará de librería, foro y café–, está parada desde hace seis meses y con sellos de clausura de la delegación que, a decir de los vecinos, pronto serán retirados.

El jefe delegacional, Raúl Flores, confirmó que se cubrieron los requisitos previstos en distintos ordenamientos, por lo que se procedió al registro de la obra. Entrevistado después de visitar un centro de desarrollo infantil, dijo que no se puede coartar a nadie el derecho de construir cuando no hay restricción legal alguna y respeta también el derecho de los vecinos a expresar su preocupación por la posible afectación a su calidad de vida.