Enviado de Barack Obama recorre la región en busca de evitar el estallido de una guerra civil
Temen las potencias que Yemen, vecino de Arabia Saudita, pudiera hacer peligrar el suministro de crudo
El ejército ayuda a limpiar un ministerio controlado por los opositores; suspende operaciones el aeropuerto
Viernes 3 de junio de 2011, p. 25
Saná, 2 de junio. Fuerzas leales al presidente yemení Alí Abdulá Saleh se enfrentaron hoy con guardias tribales en Saná dejando decenas de muertos, mientras un enviado de Estados Unidos recorría la región intentando evitar el estallido de una guerra civil. Las protestas iniciadas en enero por la renuncia de Saleh degeneraron en feroces combates en calles de esta capital yemení con al menos 135 muertos durante los últimos 10 días.
Saleh ha rechazado firmar varios acuerdos de transición mediados por líderes regionales para asegurar un final pacífico a su régimen de 33 años.
El principal asesor del presidente Barack Obama en temas de terrorismo, John Brennan, llegó el miércoles a la región, para reforzar intentos por sacarlo del poder.
Las potencias globales temen que Yemen, vecino de Arabia Saudita, el mayor exportador de crudo y donde además opera una facción de Al Qaeda, pudiera convertirse en un Estado fallido y hacer peligrar el suministro de petróleo.
Las fuerzas especiales de Saleh fueron desplegadas para ayudar a limpiar
una secretaría controlada por los guerreros tribales, informó el Ministerio de Defensa, mientras los combates cerca del aeropuerto obligaron a suspender brevemente los vuelos.
Abdelqawi Qeysi, portavoz de la poderosa federación tribal Hashed, dijo que las armas que Estados Unidos dio para luchar contra el terrorismo están siendo usadas contra los civiles
, en referencia a las fuerzas gubernamentales.
El mundo exterior tiene poca influencia en Yemen, donde los analistas dicen que las lealtades tribales son el elemento más poderoso en el volátil tejido social.
Arabia Saudita, que tiene fuertes y antiguos lazos con las tribus yemeníes, renovaría su presión sobre Saleh para que renuncie y evite una guerra civil en la empobrecida nación de 23 millones de habitantes. Antes de la revuelta popular, Saleh combatía una rebelión separatista en el sur del país y la insurgencia chiíta en el norte.
El enviado de Estados Unidos partió este jueves de Arabia Saudita hacia Emiratos Árabes Unidos para nuevas conversaciones sobre Yemen. Brennan buscará el apoyo de los líderes de ambos países para presionar a Saleh a que acepte el acuerdo de transición.
Las batallas en Yemen están siendo libradas en varios frentes, con combates callejeros entre grupos tribales y las fuerzas de Saleh en Saná, protestas populares en todo el país y operaciones contra militantes de Al Qaeda e islamitas que se apoderaron de una ciudad costera. En Taiz, a unos 200 kilómetros al sur de Saná, soldados yemeníes hicieron disparos de advertencia contra manifestantes sin que se reportaran heridos.
Más de 40 por ciento de los yemeníes vive con menos de dos dólares al día, mientras que un tercio sufre de hambre crónica.
Una enviada de derechos humanos de Naciones Unidas dijo esta semana que su dependencia está investigando reportes de que soldados yemeníes mataron al menos a 50 manifestantes en Taiz.
En Saná continuaba el éxodo de civiles que huían de la violencia en automóviles cargados con sus pertenencias.
Estados Unidos y otras naciones presionan a Saleh para que acepte un acuerdo mediado por sus vecinos del golfo Pérsico que contempla su dimisión a cambio de inmunidad judicial. El gobernante ha aceptado tres veces la propuesta, sólo para cambiar de opinión en el último momento.
El gobierno de Yemen dijo hoy que el presidente Ali Abdulá Saleh está listo para firmar un acuerdo logrado con la mediación del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que le propone renunciar en el lapso de un mes.
El acuerdo, que establece que Saleh debe abandonar el cargo en el lapso de un mes posterior a su firma a cambio de inmunidad a la acción judicial, fue suspendido el 22 de mayo por los líderes del CCG luego que Saleh se negó a firmarlo por tercera ocasión.
Las embajadas han cerrado, los diplomáticos han salido del país y existe temor a una crisis de refugiados, con miles de civiles huyendo a Zinjibar y otros pueblos. Omán reforzó las patrullas a lo largo de su frontera con Yemen.
En Saná, las fuerzas leales a Saleh combaten desde hace dos semanas con la poderosa confederación tribal Hashed, liderada por Sadeq Ahmar. Los violentos choques se libran con ametralladoras, morteros y lanzagranadas.
La capital yemení está divida. Los guerreros tribales y soldados que desertaron controlan el norte y las fuerzas de Saleh el sur.
Residentes dijeron que decenas de personas murieron en la última ronda de batallas callejeras en Saná, libradas por el control de edificios oficiales y cerca de las bases de los enemigos de Saleh.