Cultura
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Beneplácito de escritores mexicanos por la concesión del premio

Con el galardón al poeta se abren los linderos de la literatura

Trasciende los límites del confinamiento elitista, afirma José Agustín

La palabra literaria no se pierde cuando se vuelve canción: Lorenzano

 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de junio de 2011, p. 5

Reconocer a Leonard Cohen con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011 es muy merecida, coinciden en señalar escritores mexicanos, y aunque es más reconocido por su carrera de cantante y compositor, posee una calidad que traspasa los bordes tradicionales de la literatura.

José Agustín, Sandra Lorenzano, Alberto Blanco y Alberto Chimal hablan sobre el artista canadiense, quien ha logrado fusionar la poesía y la música en un valor inalterable.

El narrador José Agustín expresa que Cohen es un poeta espléndido que supo trascender los límites del confinamiento elitista, que se abrió a la vida y a la música; es un poeta excelente, además de un muy buen compositor y me da mucho gusto el premio.

Cohen, junto con Bob Dylan, ha construido mundos de la literatura, pero sus carreras como cantantes son causantes de mayor parte de su fama. Traspasando los límites, ambos han sido reconocidos con el galardón español, el primero en la categoría de letras, y el segundo en el de las artes en 2007.

Al respecto, el autor de La tumba afirma: premian a los buenos compositores que se han metido en el rock, a los poetas. Me parece excelente. Lo de Dylan muy justo; lo de Leonard Cohen, también. Ya se nos murió Jim Morrison, si no, lo hubiera merecido.

Profundo y versátil

Por su parte, Sandra Lorenzano apunta que ese premio abre las fronteras de lo literario y se contagia a otras manifestaciones artísticas o culturales, da la vuelta a una visión muy académica de lo que debe ser lo literario, porque no sólo se encuentra en los libros que publican las grandes editoriales, sino en las calles, en la música o en el cine, para transmitir un nuevo concepto de literatura, sobre todo a las nuevas generaciones.

Con la decisión del jurado se toma la vanguardia en gran medida de este discurso institucional de la literatura, lo cual hace eco de lo que han sostenido y viven cotidianamente muchos de los artistas que se mueven en diversas esferas a la vez. El premio a Cohen pone en el centro de atención del mundo literario, que tiene una parte también muy conservadora y muy rígida, algo absolutamente innovador, transgresor, propositivo y celebrable, expresa la catedrática de la Universidad del Claustro de Sor Juana.

Es un termómetro que logra medir lo que sucede en el mundo literario real, no en el académico ni en el mercado editorial, sino va mucho más allá y agregó que en este punto se abren puertas y ventanas, se quitan estereotipos, se hace menos rígida la nación de literatura y se deja permear por lo que hay a su alrededor.

Recordó que Leonard Cohen primero publicó poesía y luego incursionó en la música, “ha combinado a lo largo de su vida los dos campos y ha mantenido un altísimo nivel literario en sus canciones, al mismo tiempo que ha escrito poemas y novelas. La palabra literaria no se pierde cuando se convierte en canción, sino que es una preocupación permanente, es un literato en el sentido amplio de la palabra. Es un escritor que encontró la forma de canalizar su ansia de creatividad mediante la música.

Foto
Leonard Cohen, en imagen tomada del booklet de su grabación más reciente, Songs from the roadFoto Lorca Cohen

Alberto Chimal coincide en que es un reconocimiento justo, no hay que pensar en Cohen como un cantautor muy bueno, hay que pensar en él como un excelente poeta que además canta.

A muchos parecerá indigno, mientras que a los fans de Cohen les parecerá una maravilla. Sin embargo, ambas posturas son irreconciliables, “porque por un lado están los que desprecian la canción y del otro los que desprecian la literatura ‘seria’, pero me parece que ninguno de esos dos grupos tendría que estar disgustado. Cohen, además de ser cantante, es un gran poeta, eso es lo esencial.

“Su escritura no son solamente las canciones que todo el mundo conoce. No es nada más Ain’t no cure for love, Hallelujah, Everybody knows, no son sólo las más famosas. Tiene un cuerpo más vasto de trabajo. Están sus libros, su prosa. Hay un libro precioso de él: Los hermosos vencidos. Una novela. Es ejemplar. Me parece que, igual que lo más conocido de Cohen, es parte de lo que lo hace merecedor de un premio así.”

Leonard Cohen y Bob Dylan no tienen nada que demostrar a estas alturas, afirma, aunque declaró su preferencia por el canadiense, me parece más profundo, más versátil, más logrado. Y además tiene más conexión con muchas cosas de la cultura popular como del mundo de la literatura.

Como un momento maravilloso califica la canción Take this waltz, donde traduce un poema de García Lorca, que luego un español utilizó la música de Cohen para cantar el poema original con inflexiones de cante jondo. Esos contactos son muy elogiosos. Varias de sus canciones son poemas muy acabados, dice el ensayista.

El poeta Alberto Blanco señala que el premio “no puede ser más merecido, pues desde que esta leyenda publicó en 1956 su primer libro de poemas, Let us compare mythologies, inspirado en García Lorca, seguido de The spice-box of Earth, de 1961, y su primer disco, Songs of Leonard Cohen, de 1967, la poesía y la música no se han separado nunca en su obra. Como dice ‘The sweetest Little Song’, una de las joyas de su libro de poesía 2006, The book of longing-‘Tú te vas por tu lado/ yo me voy por tu lado también’”.