Tegucigalpa, 27 de mayo. El ex presidente Manuel Zelaya regresará a Honduras este sábado, luego de que el actual mandatario, Porfirio Lobo, le allanara el camino con una amnistía para delitos políticos y presionara tras bastidores para anular juicios por corrupción que le abrió la fiscalía, los cuales se le fincaron para justificar el golpe de Estado que lo derrocó el 28 de junio de 2009.

Miles de hondureños se preparan para darle la bienvenida en medio de la alegría y la esperanza, al cabo de casi dos años de que fue derrocado por fuerzas militares y de la derecha, y tras un exilio de 16 meses en República Dominicana. Los zelayistas empiezan esta noche una vigilia en espera de su arribo, mientras caravanas provenientes de todo el país comenzaron a trasladarse a la capital para recibirlo.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, viajó este viernes a Tegucigalpa para recibir al ex mandatario. También acudirán los cancilleres de Colombia, María Angela Holguín, y de Venezuela, Nicolás Maduro, cuyas naciones son garantes del Acuerdo de Cartagena de Indias, firmado el domingo pasado por Lobo y Zelaya.

Vuelve a la arena política

Este pacto, que abrió la puerta al retorno de Zelaya sin ser juzgado, y que le permitirá volver a la arena política con seguidores del Partido Liberal y amplios contingentes del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), una coalición de fuerzas de izquierda, destraba también definitivamente el regreso de Honduras a la OEA, organismo del que fue suspendido después del golpe.

Seguidores del derrocado presidente Manuel Zelaya se concentran en Tegucigalpa para darle la bienvenida luego de 16 meses de exilio en República DominicanaFoto Reuters

La OEA convocó a una asamblea general extraordinaria para el próximo miércoles para decidir el reingreso de Honduras, que desde ahora se da por hecho.

Un día antes de iniciar su gobierno de cuatro años –el 27 de enero de 2010–, Lobo logró que el Congreso aprobará una amnistía que favoreció tanto al ex presidente –acusado de 18 delitos por pretender reformar la Constitución– como a los líderes del golpe de Estado.

Esta amnistía cubrió los delitos de traición a la patria, contra la forma de gobierno, contra la seguridad del Estado, sedición, abuso de autoridad y violación de los deberes de los funcionarios, atribuidos a Zelaya, quien se había acercado al eje izquierdista latinoamericano encabezado por el mandatario venezolano, Hugo Chávez.

La reconciliación pasa por la amnistía, dijo Lobo en esa ocasión, y a partir de allí se esmeró en que la justicia anulara también los procesos por delitos comunes, por supuesta corrupción contra el depuesto presidente.