La Habana, 27 de mayo. La undécima Bienal de La Habana se realizará del 11 de mayo al 11 de junio de 2012, con el reto de no dejar el arte en el lugar de culto, donde está el público entendido, sino llegar a la gente, escuchar el ruido de la calle, dijo a La Jornada Jorge Fernández, director del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, la institución organizadora.

El encuentro, que cumplirá 28 años de vida en su próxima edición, tendrá esta vez como lema el de Prácticas artísticas e imaginarios sociales. La novedad no está en el concepto, señaló Fernández: “El quid de esta Bienal está en el cómo presentar muchas de las ideas”. Se trata de hilar la tradición del foro de La Habana –una mirada hacia el sur, o el Tercer Mundo, como se llamó en un momento–, con las nuevas formas de construcción de los imaginarios sociales.

Y es que la realidad ofrece nuevas coordenadas: Se puede ser periferia estando en el centro, se puede ser centro en la periferia y la idea de la relación entre el norte y el sur es bastante ambigua en las condiciones actuales, como se mueven los contextos, diásporas, emigraciones. Hay un nivel de contaminación bastante fuerte. De ahí la relevancia de ir al encuentro del público, señaló Fernández.

Por un encuentro más interactivo

De cualquier manera, esta Bienal claramente será distinta, porque será más interactiva, estimó el director del Centro Lam. Se tratará de equilibrar una muestra que tendrá desde obras que estén interviniendo y dialogando con la arquitectura, desde lo más escultórico, lo más tridimensional, hasta expresiones “dentro del concepto que hoy llamamos esfera pública, no sólo la calle física: las redes sociales, el arte también en la red, el net art. ¿Que papel han jugado hoy en el desarrollo y en catalizar determinadas prácticas artísticas?”

Dancing Bacardí, obra del artista cubano Alexandre Arrechea que participará en la Bienal de VeneciaFoto cortesía del centro de Arte Wifredo Lam

La Bienal de La Habana se va a expandir hacia subsedes no convencionales, como universidades o centros con infraestructura tecnológica instalada. Además, esta vez el foro artístico va a coincidir con un fenómeno cubano que marcha por su propio carril, el de la reforma económica, pero que casualmente está provocando nuevas expresiones de vida pública, como en la reanimación del sector privado.

Evidentemente eso también genera nuevos imaginarios, convino Jorge Fernández. “Genera un diseño, una visualidad. También genera una estética que se va moviendo desde el kitsch y la precariedad hasta un nivel ya de sofisticación, de elaboración, con un tratamiento mucho más cuidado”. Ese nuevo paisaje empieza a ser objeto de la mirada y del trabajo de los artistas.

Aún no está listo el catálogo de participantes, pero el director del Lam adelantó que de todas las propuestas que hemos visto por países, la de México es la que más me ha gustado y que se atempera con lo que queremos hacer, en la medida en que ese país ha sido pionero en el trabajo artístico con las nuevas tecnologías.

De Cuba a Venecia

Jorge Fernández viajará en los próximos días a la legendaria Bienal de Venecia, en la que Cuba tendrá una presencia institucional con un pabellón por primera vez desde 1966, si bien autores cubanos han acudido individualmente al acto desde siempre. Esta vez desde la isla irán piezas de Alexandre Arrechea, Yoan Capote, Duvier del Dago y Eduardo Ponjuán.

El regreso a Venecia, por ahora, es sólo para esta ocasión. Hay que ver si se puede sostener esto, advirtió Fernández, “porque realmente es muy costoso. Habría que pensar en estrategias de patrocinio, de colaboración, de sponsors. Pero ojalá que esta participación se convierta en un proyecto de trabajo permanente para el futuro”.