Cholula, Pue., 25 de mayo. A partir de ahora, los maestros de educación básica recibirán el estímulo económico llamado carrera magisterial en función, sobre todo, del aprendizaje de sus alumnos, y después por su vocación de líderes sociales, anunció el presidente Felipe Calderón.

Esta medida forma parte de una reforma que –dijo– muestra cómo se puede llegar a acuerdos con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) lejos de los estigmas y prejuicios existentes contra el gremio, al que reconoció con toda claridad.

La dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo, y el Presidente aparecieron este día juntos y dieron nuevas señales de acercamiento, luego de que la profesora se distanció de Calderón e incluso el lunes pasado desairó el inicio de la aplicación de la prueba Enlace, con el argumento de que tenía problemas en una rodilla, los cuales no se hicieron visibles en este acto, porque la maestra apareció de tacones altos y sin mostrar problemas al caminar.

El nuevo esquema asigna 50 por ciento del puntaje al aprovechamiento escolar de los alumnos, 20 por ciento a la participación del magisterio en programas de formación continua, 20 por ciento califica su vocación de líder social en la resolución de problemas más allá del aula, y el restante 10 por ciento considera sus años de servicio, lo mismo que la evaluación de competencias profesionales.

Reforma por la calidad educativa

En esta entidad, gobernada por Rafael Moreno Valle, aliado de Gordillo y quien llegó al poder sobre todo con las siglas del PAN-PRD, Calderón celebró la modificación de la carrera magisterial y se enorgulleció de promover así la mayor reforma por la calidad educativa en los últimos 50 años sin sacrificar al maestro, que no perderá derechos adquiridos y ni siquiera verá reducido su nivel alcanzado en este programa.

En un auditorio lleno de profesores afines a Gordillo, quienes gritaron algunas porras a la llegada de la maestra, Calderón señaló que una vez que baje la polvareda de la escaramuza y el polvo de la coyuntura, quiere ser recordado por tomar riesgos y asumir costos.

Presumió que con estos cambios transforma paradigmas y vence prejuicios, lo mismo que resistencias y maledicencias, como las que provocó el avance de la homologación salarial de los profesores.

Lo primero que hizo el Presidente fue expresar su sincero reconocimiento a los trabajadores del SNTE –y decirlo con toda claridad– por su disposición a dialogar de manera responsable, a llegar a acuerdos que van más allá del legítimo interés magisterial.

Porque podrán decirse muchos estigmas y expresar muchos prejuicios acerca del SNTE, pero el hecho es que hemos podido dialogar, entendernos y buscar siempre la superación de México mediante una educación de calidad.

Asimismo, refrendó su compromiso con el gremio magisterial, no obstante que –explicó– por ese motivo ha navegado contra la corriente, incluso ha sido objeto de todo tipo de críticas y denuestos, fundados e infundados.

Recordó que Carrera Magisterial nació en 1993, cinco años después fue modificado, y tuvieron que pasar otros 13 años para que se concretara esta reforma para profundizar y rencauzar el programa que reparte recursos a 775 mil profesores, 65 por ciento del total del magisterio.

Al detallar los nuevos lineamientos de la carrera magisterial, llamó la atención el hecho de que 20 por ciento del puntaje califica la vocación de líder social del maestro, como Calderón definió las actividades realizadas más allá de las aulas y en las comunidades.

Según el mandatario federal se trata de reconocer a los profesores que se quedan después de clase a atender a los niños rezagados o los que organizan un equipo de futbol, o quizá dan una charla a sus alumnos acerca del peligro de las drogas o cómo ejercer responsablemente su sexualidad.

Y fue más allá al plantear: Cuántas maestras y maestros son líderes de su comunidad, que salen al frente para exigir, cuando van el Presidente, el gobernador, el alcalde, que se haga camino, que se ponga el agua, que se atiendan los problemas de seguridad.

La idea es que el profesor asuma un papel activo para prevenir y evitar el hostigamiento y el acoso escolar, la violencia que sí se da entre alumnos, o que ayude en la prevención de adicciones o la formación de pandillas.

Si bien destacó esta labor del maestro como líder, conformador, también criticó a los pocos que faltan a su responsabilidad, y secundó a Gordillo al decir que por culpa de éstos la mayoría de la comunidad magisterial es denostada, vilipendiada, desprestigiada.

En respuesta a las críticas en el sentido de que los esquemas de evaluación generan exclusión, el Presidente insistió que la enseñanza pública es la gran igualadora y la calidad educativa es un acto de justicia en varios sentidos.

Aseguró que rompe el círculo de la pobreza por medio de la educación de calidad, que como el fuego de Prometeo, libera de la esclavitud de la ignorancia.