Don Andrés Vega, de Mono Blanco, será homenajeado el sábado en el centro de Tlalpan
Hoy el son se toca muy rápido, para impresionar; yo lo hago como antes
No sé que pasa con la juventud, que ya no quiere aprender lo de sus mayores; ni en Boca de San Miguel, mi pueblo, nos miran como animales raros, sólo les interesa lo que ven en la tv
Jueves 26 de mayo de 2011, p. 9
Fue campesino, arriero, pescador ribereño y también vendedor de carbón. Casi no tuvo instrucción, pero aprendió la música de sus mayores: el son. Es don Andrés Vega Delfín (1931), quien a sus 81 años es una de las voces centrales del resurgimiento del son, formando parte del grupo Mono Blanco, con el que ha recorrido los cinco continentes, tocando la guitarra y el requinto jarochos.
El sábado don Andrés Vega recibirá un merecido homenaje como parte del Festival Zona de Son, que tendrá lugar en el centro de Tlalpan, a partir de las 13 horas, con la participación de cinco grupos de música popular.
Aprovechando la ocasión, Andrés Vega presenta el disco que lleva su nombre, donde rescata sones viejos que oyó tocar a su padre: como La indita y El trompito, así como algunos más conocidos y que ha tocado en sus viajes, como El balajú, El cascabel y El siquisirí, acompañado por sus hijos Octavio, en el requinto y voz, y Martha, en el zapateado, así como Gilberto Gutiérrez en la jarana y en la producción general de la edición.
Yo no sé que está pasando con la juventud, que ya no quieren aprender lo de sus mayores. Ni allí en Boca de San Miguel, de donde somos los Vega (más de cuatro generaciones de soneros) los jóvenes quieren aprender; nos miran como animales raros, se ríen y se burlan, sólo les interesa lo que ven en la televisión
, comenta don Andrés después de la rueda de prensa donde presentó su más reciente grabación.
Las puertas se cierran
Aparentemente, y aunque el son jarocho ya no está en vías de extinción, como es el caso de otras expresiones de la música popular mexicana, las puertas se están cerrando. Nosotros con Mono Blanco hemos tocado en el Conservatorio de China, pero nunca nos han invitado a tocar en el de México; también hemos tocado en universidades en todo el mundo, en España y Estados Unidos, pero nunca hemos pisado la Universidad Veracruzana
, dijo para ilustrar la situación minutos antes Gilberto Gutiérrez, líder de la agrupación.
A propósito de la nueva grabación, titulada Andrés Vega Delfín, el músico habló de las diferencias entre los sones viejos y el zapateado, que escuchó y vivió de niño, y lo que observa ahora: A mí la música me vino en la sangre, desde muy niño tuve la tentación de la jarana y tuve la visión de toda la música, escuchando a mi padre y a otros músicos, tuve una buena biblioteca en la cabeza
.
Ahora, añade don Andrés, se toca muy rápido, como para impresionar. “Yo siempre toco rápido y luego pausado, como era antes. De antes a ahora el son ha cambiado notablemente porque se hacen muchas cosas en la instrumentación. Creo que si vas a tocar, hay que aprender bien el trineo de la guitarra, porque hay tres o cuatro opciones para aprender bien y seguir la trayectoria de la música. Han venido desde Miami para que les enseñe yo a tocar y les enseño; además les doy música grabada para que aprendan.
El son viejo era más pausado; ahora en el fandango se baila muy rápido, antes todo era normal. Hay mucha juventud que le gusta bailar, pero con desorden. Yo tengo mi modo de bailar, mi zapateado, pero no me gusta que me bajen de la tarima
, agrega.
Aunque nació en El Lirio, don Andrés vive desde hace varias décadas en Boca de San Miguel, municipio de Tlacotalpan, donde vio crecer a sus nueve hijos. Algunos se dedican profesionalmente a la música, como Octavio Vega, que toca el requinto. Don Andrés ha sido reconocido por la claridad arquitectónica de su improvisación y como ejecutante de la guitarra de son.
En su nuevo disco, su hijo Octavio canta las Décimas de don Andrés, donde cuenta sus andanzas tocando la guitarra. También en la grabación se cantan sus sones favoritos, como El cascabel y El siquisirí, pero también sones viejos que oía en las madrugadas en los fandangos que ya casi no se tocan.
A sus más de 80 años, el afamado sonero está viviendo la plenitud de su creatividad. Solamente hago música que sale del corazón.
Gilberto Gutiérrez encuentra su canto maduro y su expresión fantástica
, pues ya no busca impresionar a nadie.
Sobre la guitarra jarocha ha dicho: “Yo aprendí a tocar por una parte escuchando y mirando, así aprendí. No porque me estuvieran explicando, que esto va aquí, acá o acá; nada más mirando, viendo, teniendo el pensamiento en la música… Porque yo ahora le he aprendido a la larga mucho a mi guitarra…”, recordó en una extensa entrevista sobre su vida (Ediciones del Programa de Desarrollo Cultural del Sotavento, 2008).
Y añade: “¡No le voy a poder hacer cuando ya no pueda, ya no tengo pulso! Pero mientras pueda, yo le sigo buscando y le sigo encontrando, porque la guitarra no tiene fin, ningún instrumento tiene fin…”
Sobre los sones que escuchó siendo joven y se tocaban en los fandangos, don Andrés narra en la citada entrevista: “El valedor como lo tocó mi padre; La sarna, La indita, La lloroncita, La petenera…, había unos amigos que le decían a mi padre: ‘oye Mario, de madrugada, échate La Llorona por ahí’. Porque mi padre la tocaba con la jarana, con la guitarra nunca la tocó… Entonces esos sones a mí me encantan. Yo toco todos esos sones, El valedor y La petenera, La indita… son unos sones tristes, unos sones que alegran en la madrugada”.
Corriente de resurgimiento
Don Andrés Vega forma parte del movimiento del resurgimiento del son jarocho y es integrante de Mono Blanco desde 1980, con el que ha visitado Europa, Japón, China y Australia, además de Centro,Sudamérica, Estados Unidos y Canadá. Con el grupo ha grabado ocho discos, y dos por su cuenta.
El Festival Zona de Son. Homenaje a don Andrés Vega, con el apoyo del Fonca (CNCA) y de la delegación Tlalpan, se llevará a cabo en el centro de Tlalpan el sábado 28 de mayo, a partir de las 13 horas.
En esta actividad participarán cinco agrupaciones de música tradicional: Trío Alborada Huasteca (Hidalgo), Los Baxin (Veracruz), Los Caporreales (Michoacán), Mariachi Tequileño (Jalisco) y don Andrés Vega, acompañado por Octavio Vega, Gilberto Gutiérrez y músicos invitados.