Como una forma de enfrentar la situación que vivimos, el artista Roger von Gunten ha creado desde 2008 una serie de protecciones pictóricas, varias de las cuales exhibe con el título Agononiris, exposición de 31 obras, en acrílico sobre papel y tela, que se remontan a 2001. La muestra en la Galería Juan Martín terminará el próximo sábado.

Hay una descomposición, una violencia tan horrible, una saña; entonces, son como escudos contra esto, expresa Von Gunten, quien ha hecho protecciones personales a amigos que han tenido alguna emergencia.

No digo que sea una cosa objetiva, pero lo hago porque me urge hacer algo, manifiesta.

No es que Von Gunten revele talentos desconocidos hasta el momento: “no soy curandero pictórico. No pretendo que sea una magia mía. Me dicen ‘me van a operar la próxima semana’, entonces hago una protección porque no puedo hacer otra cosa, no soy médico. Es más una cosa de apoyo anímico. Hasta ahorita he tenido suerte con esto”.

Algunos de los cuadros protectores que se muestran en el recinto de Dickens 33-B, colonia Polanco, son Diosa roja, Paisaje con flores y dos menhires, Pintor y su musa (Adán y Eva), Flor grande, A pesar de todo: ¡el mundo!, Jardín con duendes, Cuerpo con pájaro volando y menina flor (herencia y transformación).

Más que un escudo, agrega, simplemente es un acto intencional para contrarrestar y transformar esto que está tan enfermo.

Recuento de atrocidades

–¿Agononiris es una palabra que inventó?

–Creo que sí. Agon es el dolor y oniris el mundo de los sueños, pero así compuesto no creo que exista.

–¿La obra de todos modos está dentro de su línea de trabajo?

–Hay menos pinceladas y más pringas. Uno también aprende a controlar esto, de salpicar, pero con control, con diferentes brochas, diversos espesores de color.

El entrevistado cuenta, por otro lado, que hace tres semanas se sentó en el jardín de Tepoztlán todo un domingo para coleccionar corazones de papel: “Muchos niños hicieron corazones con soles y con letras con su nombre. Los pegamos –fue un trabajo bastante arduo– en seis mamparas, de dos metros de alto, haciendo un biombo. Recolecté más de 250 corazones”.

El domingo pasado el artista montó el biombo en Cuernavaca junto a la ofrenda a Juan Francisco, hijo del poeta Javier Sicilia, asesinado junto con seis jóvenes.

En la actualidad, Von Gunten trabaja en unas telas un poco más sombrías que sus protecciones. Recuerda que el año pasado presentó la caja Tres tomas de conciencia ciudadana, objeto de arte conceptual que contiene un cartel que dice: La potencia eleva y hace crecer/ El poder aplasta; un manifiesto y seis cubos No.

En su momento el artista explicó que con esta obra quería expresar la diferencia entre el ejercicio del poder y de la potencia, esta última entendida como el uso de las facultades mentales de la imaginación, de la comprensión, para resolver un problema.

Reitera que la situación actual del país le preocupa muchísimo y hace pensar qué podemos hacer ante este fascismo total, esta saña; leer las historias, lo que cuenta la gente, eso es atroz.

Para el año entrante, Von Gunten piensa exhibir obra de gran formato en la Galería Juan Martín.