Los sondeos sugieren un triunfo aplastante de la derecha incluso en plazas estratégicas
Domingo 22 de mayo de 2011, p. 3
Madrid, 21 de mayo. Las elecciones municipales, autonómicas y forales de este domingo en España serán recordadas por la irrupción, con una fuerza inusitada, de un movimiento ciudadano que se expandió a todo el planeta: la revolución de los indignados
o la spanish revolution. Pero más allá de dicha gesta, este domingo están convocados a las urnas 34 millones de ciudadanos para elegir a sus representantes en más de 8 mil ayuntamientos, en 13 de las 17 comunidades autónomas y las diputaciones forales e insulares.
Los sondeos sugieren un triunfo aplastante de la derecha española, que no sólo podría mantenerse en el poder en la mayoría de las regiones que gobierna, sino que arrebataría a su principal adversario, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), plazas estratégicas como Castilla-La Mancha y Extremadura.
En estos comicios se espera un severo voto de castigo al gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, por la situación actual derivada de la crisis, con los 4 millones 300 mil desempleados, el plan de ajuste de las cuentas públicas y las restricciones al Estado de bienestar.
Antes de la aparición del movimiento ciudadano de la Puerta del Sol, la precampaña electoral estuvo marcada por el debate y los cambios en el seno de la izquierda abertzale (nacionalista) radical vasca, que decidió por primera vez presentar a los comicios un partido que condena en sus estatutos el uso de la violencia con fines políticos, citando en concreto los métodos empleados por la organización armada vasca ETA.
Así surgió Sortu (nacer, en euskera), que fue proscrito por el Tribunal Supremo. Esa medida provocó la creación de una nueva coalición, Bildu, integrada por ciudadanos independientes vinculados a la izquierda abertzale con dos siglas de amplia trayectoria democrática en el País Vasco, Eusko Alkartasuna (EA) y Alternatiba (una escisión de Esker Batua).
Pese a la presencia de EA y Alternatiba, Bildu también fue denunciada ante el Tribunal Supremo por supuesta vinculación a la estrategia de ETA
. Este órgano judicial proscribió sus listas electorales, pero representantes de la coalición decidieron presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional que, en un fallo histórico, anuló la sentencia anterior y declaró legales las listas.
Bildu, una coalición local que se presenta sólo en el País Vasco y Navarra, se convirtió en el centro del debate político, hasta el surgimiento de la revolución de los indignados
. Ahora aspira a convertirse, según un sondeo elaborado por el Euskobarómetro, en la cuarta fuerza electoral de la región. Sus responsables creen que pueden llegar más lejos y situarse como tercera fuerza, desplazando al PP, en la contienda.
En cuanto a los datos generales, la secretaria de Estado de Comunicación informó que de los 34 millones 681 mil 888 ciudadanos convocados a las urnas, unos 470 mil son extranjeros (al elegir autoridades locales está permitido votar a ciudadanos europeos y de otros países que tengan convenio de reciprocidad. México no lo tiene). Se calcula que sufragarán por primera vez unos 800 mil electores.
En total, España escogerá a representantes en 8 mil 116 municipios, es decir elegirá a 68 mil 462 concejales. Además contenderán representantes de 13 comunidades autónomas: Asturias, Cantabria, La Rioja, Navarra, Aragón, Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia, Canarias e Islas Baleares, además de Ceuta y Melilla. Precisamente la situación que más han indignado
a los españoles es la reiterada presencia de candidatos imputados en las listas de los principales partidos políticos, la mayoría de ellos acusados de delitos de prevaricación, enriquecimiento ilícito o nepotismo. De hecho hay una lista que enumeró a los 115 candidatos imputados y los cargos por los que se les acusa.
Una de las claves de estos comicios será el porcentaje de la abstención, que en los anteriores rondó 37 por ciento. La irrupción de la spanish revolution tendrá un efecto en el proceso comicial, pero nadie se atreve a aventurar cuál puede ser, pues es un movimiento que critica a los partidos tradicionales y mayoritarios, pero no promueve la abstención, al contrario, reclama la reforma de la ley electoral para favorecer a partidos minoritarios que permite la confección de un Parlamento más próximo a la realidad social.