istrital. Cine y otros mundos es una iniciativa de la asociación civil Circo 2.12 que procura rebasar los límites de un festival de cine, como los 45 existentes en nuestro país, para mostrar una diversidad de expresiones culturales que incluye conciertos de música de vanguardia, experimentación de videoarte, instalación multimedia, muestra fotográfica, promoción de cineclubes comunitarios, talleres y mesas de discusión sobre aspectos de la creación artística.
El eje central de sus actividades es, por supuesto, la difusión del cine de autor, tanto de ficción como documental, y la presentación de cintas nacionales de calidad sin grandes posibilidades de difusión comercial.
Hace un año, al presentar la primera edición de Distrital, su entonces promotora, Paula Astorga, hoy directora de la Cineteca Nacional, respondía a la pregunta de si existe en México un público preparado para vanguardias fílmicas radicales, con una aseveración muy precisa convertida luego en compromiso: Si no existe, habrá que crearlo
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La presente edición de Distrital, del 27 de mayo al 5 de junio, en seis sedes capitalinas, es muestra clara de la persistencia de esa voluntad innovadora. Sus eventos inaugurales son un concierto de rock (la banda Adult, de Detroit) y una cinta española premiada en Rotterdam, delirio visual hipnótico: Finisterrae, de Sergio Caballero, que abre el ciclo de proyecciones. Realizada por el también impulsor de Sonar, festival musical en Barcelona, la cinta muestra el itinerario de dos fantasmas que, dialogando en ruso, recorren la península ibérica en dirección de Santiago de Compostela y el Cabo Finisterra, último rincón del continente, en busca de un improbable renacimiento. Una geografía árida y surrealista, con árboles dotados de orejas, bestias de cartón y un jamelgo quijotesco, con imágenes fársicas y oníricas, entre Tarkovski y Tim Burton, entre El séptimo sello y Honor de caballería, del catalán Albert Serra. Una propuesta límite, con diversos calibres de espiritualidad y humor desenfadado.
Noventa títulos de cine de ficción y documental, repartidos en varias secciones (Topografías, Cuadrante, Archipiélagos, Distrito X, Estrenos mexicanos), entre los que destacan verdaderas revelaciones, como la obra de un joven talento franco-canadiense, Xavier Dolan (Los amores imaginarios), topografía del deseo amoroso y sus múltiples declinaciones en la experiencia de dos jóvenes y una chica; o la muy original cinta portuguesa 48, de Susana de Sousa Dias, retratos de sobrevivientes de una larga dictadura militar, presentados con la lenta transformación de sus rostros a medida que el relato atraviesa las épocas; una experiencia estéticamente perturbadora que es también crónica de los hechos históricos anteriores a la revolución de los claveles. Este seguimiento de la biografía de un personaje lo hace también la directora checa Helena Trestikova en Katka, retrato de una joven drogadicta y sus infructuosas tentativas de recuperación clínica.
Según su estilo acostumbrado, la directora sigue paso a paso la biografía de sus personajes, a lo largo de dos o tres décadas, creando en sus retratos documentales una sensación de inmediatez y realismo crudo. Otro interesante retrato femenino lo ofrece la francesa Rebecca Zlotowski en Belle épine, incursión en la experiencia emblemática de una joven desorientada y rebelde, incapaz de encontrar asideros afectivos sólidos en su familia, en su círculo de amigos y en una vida sexual a la vez sórdida e indolente. Los retratos individuales incluyen el de un ídolo popular, figura central del grupo de hard rock Motorhead, en Lemmy, de Greg Olliver y Wes Orshoski, una de las cintas más interesantes en la sección dedicada a la música en el cine.
Hay también retratos colectivos, como la crónica de un movimiento feminista en el medio artístico estadunidense (Women Art Revolution, de Lynn Hershman-Lesson), o documentales mexicanos que van del testimonio lúcido y desgarrador de Morir de pie, de Jacaranda Correa, a la hilarante cinta Esperando a los Bitles, radiografía histórica de la beatlemanía en México, de Diego Graue y Ray Marmolejo.
Distrital reserva otras sorpresas, de la vanguardia alucinada a los más serios registros documentales, y de la renovación estética en los relatos de ficción al maratón fílmico musical más desenfadado. Un festival en construcción, atento como muy pocos a las mutaciones culturales de la sociedad actual.
Sedes: Cinemas Lumiere Reforma, Cinemex WTC, Cinemex Polanco, Cineteca Nacional, Centro Cultural Universitario Tlatelolco y Cine Lido. A partir del viernes 27 de mayo. Mayores informes: www.distrital.mx