En la relación histórica y cultural entre México y Argentina, desde la década de los 60 ha habido una amplia cooperación, pero es necesaria mucha más coproducción, y eso aplica para el resto de los países iberoamericanos, planteó el antropólogo y especialista en industrias culturales Néstor García Canclini.

El investigador –quien se autodefinió como argenmex y compartió que le faltan tres meses para cumplir 35 años en México, tanto tiempo como viví en Argentina– participó en el Encuentro de Intelectuales México-Argentina, organizado ayer viernes en el Museo Franz Mayer por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y la embajada del país sudamericano.

García Canclini dijo que para fortalecer la relación entre los países iberoamericanos son importantes las iniciativas empresariales y de la sociedad civil (como festivales y otros proyectos conjuntos), pero que se requiere una acción mucho más enérgica e imaginativa de los Estados en favor de una inversión y promoción más fuertes.

Puso como ejemplo el proyecto Ibermedia, que construye un espacio audiovisual común entre los países iberoamericanos, mediante el fomento de la producción y el intercambio de, por ejemplo, películas para cine y televisión.

La producción se ha ampliado en comparación con años anteriores, pero aún resulta un esfuerzo insuficiente y el programa beneficia sobre todo a los países latinoamericanos, ya que España cuenta con otros beneficios de la comunidad europea.

Además, se da la paradoja de que se proyectan mucho más películas latinoamericanas en, por ejemplo, Madrid que en los propios países de América Latina.

Un esfuerzo similar, agregó, se realiza con el programa Iberescena en el ámbito teatral. Incluso propuso que podría desarrollarse un Iberlibro, para relanzar a la industria editorial latinoamericana ante el monopolio que desde hace años conforman las firmas españolas, italianas o francesas.

Recordó que mientras Argentina tiene una historia muy corta y una relación débil con su pasado, además de que, como decía Borges, somos europeos en el exilio, México tiene un pasado de muchos siglos, con sociedades indígenas y otros sectores que hablan de multiculturalidad.

Tras la migración de ciudadanos argentinos y de otras naciones latinoamericanas a México ante la instauración de dictaduras en la región en los años 70, a partir de lo cual se desarrolló una mayor relación entre ambos países, García Canclini comentó que hoy el reto es conocer cómo se pueden integrar aún más esas dos sociedades tan distintas.

Aparte de otros rubros, mencionó el de las industrias culturales, que han hecho crecer el producto interno bruto y el número de empleos en ambos países, contrario a veces a lo observado en otras áreas de sus economías.

Desde hace unas tres décadas, abundó, en Argentina no hay sólo Borges, tango y Piazzola, ni en México muralistas, Frida y Paz, pues ahora se habla también de una producción cultural relacionada con aspectos como música, cine, teatro, otras artes, futbol o gastronomía. Ambas sociedades tienen mayor cosmopolitismo.

Pese a los rezagos, agregó, ha habido muchos avances, aunque es necesario resolver problemas como la poca presencia de las películas latinoamericanas en las salas de sus propios países, ante el monopolio de la industria de Hollywood. Se ganan muchos premios, pero eso no se refleja en una mejor distribución en la propia región, dijo.

También habló de la necesidad de desmonopolizar la televisión en casos como el de México, en el que Televisa y TvAzteca controlan más de 90 por ciento de la programación y no se dan espacios para satisfacer las necesidades de comunicación de otros sectores.

Los países de Iberoamérica, dijo, deben participar con propuestas comunes en el proceso mundial de transformación cultural inducido en gran parte por las nuevas tecnologías. Para ello se requieren políticas públicas.

En el encuentro participó además investigador Leopoldo González Aguayo, quien habló sobre cómo a partir del exilio se fortaleció el acercamiento y conocimiento mutuo entre México y Argentina, dos naciones diferentes, y a la vez, con muchos rasgos comunes.

Entre el público se encontraba el subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Rubén Beltrán, quien reconoció que los países de la región han estado ausentes en diversas discusiones mundiales fundamentales, y se comprometió a apoyar la creación de un seminario permanente que genere propuestas de políticas públicas.