Revela estudio publicado por Science
Sábado 21 de mayo de 2011, p. 3
Washington, 20 de mayo. Estudios del cráneo de dos de las especies más antiguas de mamíferos conocidas hasta ahora mostraron que los cerebros de estos animales eran grandes y bien desarrollados en áreas relacionadas con el olfato, indicó un estudio publicado en la revista Science.
Los investigadores creen que el cerebro de los mamíferos evolucionó en tres etapas: primero se desarrolló el sentido del olfato, después, la capacidad de tocar y sentir a través del pelo corporal, y finalmente, la coordinación del cerebro para producir movimiento muscular calificado
.
Para su estudio, estos científicos se centraron en dos animales similares a la musaraña (el Morganuocodon y el Hadrocodium) surgidos de lechos fósiles del jurásico en China. Usando rayos X de topografía computarizada o tomografías computarizadas en tres dimensiones para reconstruir el interior del cráneo, los investigadores pudieron analizar los cerebros de estos pequeños mamíferos.
La piel, un gran sensor
Hallaron que la cavidad nasal y las regiones relacionadas con el olfato eran grandes, al igual que las partes del cerebro que procesan las señales olfativas, lo cual indica un agudo sentido del olfato. Estos animales también utilizaban su piel como un sensor para moverse y evitar peligros, de acuerdo con el autor del estudio, Tim Rowe, director del laboratorio de paleontología de vertebrados de la Universidad de Texas en Austin.
Ahora tenemos una idea mucho mejor de la secuencia histórica de los acontecimientos y de la importancia relativa de los diferentes sistemas sensoriales en la temprana evolución de los mamíferos
, dijo Rowe.
Esto da una imagen mucho más vívida de cómo era y cómo se comportaba el mamífero ancestral, y de nuestros propios antepasados
.
Estos últimos descubrimientos son de gran ayuda para los científicos, quienes durante mucho tiempo se preguntaron qué ocurría en el interior del cráneo de las criaturas antiguas, pero no se atrevían a destruir fósiles raros para averiguarlo.
He pasado años estudiando estos fósiles, pero hasta que no los escaneamos era imposible ver los detalles internos
, dijo Zhe-Xi Luo, un curador del Museo Carnegie de Historia Natural. Me emocionó mucho ver cómo eran los cerebros de nuestros familiares hace 190 millones de años
.
Todo el proyecto abarcó una docena de mamíferos fósiles tempranos y más de 200 especies vivas en la última década. El resultado de los análisis está disponible en la página de Internet www.digimorph.org