Nairobi. El misterio y la confusión rodean la muerte del ídolo keniano de maratón Samuel Wanjiru, cuya madre está convencida de que no se suicidó, sino que lo asesinaron. Hannah declaró que no permitirá que se entierre a su hijo hasta que el culpable o los culpables hayan sido detenidos. La progenitora asegura que el campeón olímpico de Pekín 2008 fue arrojado al vacío la noche del domingo para encubrir el asesinato. Según las informaciones, en la sala de la casa, donde el atleta de 24 años mantuvo una violenta discusión con su esposa antes de caer por el balcón, se hallaron huellas de sangre. Aparte de la cónyuge de Wanjiru, otras dos mujeres afirman haber estado casadas con el fondista, una de ellas tiene cinco meses de embarazo, mientras que la otra viuda, Mary Wacera, exige una parte de la herencia.